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Capitulo 21

Un tiempo después, el negocio de pasteles y tartas de Frisk y Chara se había vuelto extremadamente popular. Sus productos eran ampliamente reconocidos como los mejores de la ciudad, mucho mejor que los que se vendían en los supermercados. El local estaba lleno de clientes satisfechos que no dejaban de elogiar los deliciosos postres.

Chara: (colgando el letrero de "Cerrado") ¡Otro día exitoso! Nunca pensé que llegaríamos a tener tanta gente.

Frisk: (limpiando el mostrador) Sí, ha sido increíble. Pero también ha sido agotador. Necesitamos a alguien que nos ayude.

Chara: (asintiendo) Definitivamente. He estado pensando en contratar a alguien para que se encargue del negocio mientras nosotros finalmente vamos a la universidad.

Frisk: (sonriendo) Eso suena genial. Finalmente podríamos terminar nuestros estudios y seguir nuestros sueños.

Con el negocio cerrado y limpio, Chara y Frisk comenzaron su caminata de regreso a casa. Charlaban animadamente sobre sus planes futuros y cómo equilibrarían la universidad con el manejo del negocio.

De repente, un hombre con capucha apareció de la nada y los amenazó con un cuchillo, exigiendo que le entregaran todo su dinero.

Ladrón: (agresivo) ¡Denme todo lo que tienen! ¡Ahora!

Chara: (instintivamente poniendo a Frisk detrás de él) Quédate atrás, Frisk.

Chara miró al ladrón con una calma inquietante, sus ojos reflejando una confianza fría y peligrosa.

Chara: (amenazante) No sabes con quién te estás metiendo. Suelta el cuchillo y lárgate antes de que te arrepientas.

El ladrón no parecía intimidado y se lanzó al ataque, pero Chara reaccionó rápidamente. En un movimiento fluido y preciso, desarmó al ladrón y lo lanzó al suelo. Clavó el cuchillo en el suelo justo al lado de la cabeza del ladrón, sus ojos brillando con una intensidad aterradora.

Chara: (con voz baja y peligrosa) Tienes suerte de que soy una persona nueva. Si fuera el de hace dos años, te habría matado lentamente.

El ladrón, aterrorizado por la mirada de Chara, entendió que no estaba bromeando. Sintió el miedo recorrer su cuerpo mientras Chara lo levantaba del cuello y sacaba el cuchillo del suelo, poniéndolo contra su garganta.

Chara: (susurrando) Si intentas hacer esto de nuevo, y más aún, si tocas un solo cabello de mi esposa, te mataré y te destrozaré hasta que ni tu familia te pueda reconocer. ¿Entendido?

Ladrón: (temblando) ¡Sí! ¡Sí, lo entiendo! ¡No lo volveré a hacer!

Chara soltó al ladrón, quien salió corriendo despavorido, sin atreverse a mirar atrás. Frisk, que había observado toda la escena con el corazón acelerado, se acercó a Chara, colocando una mano en su brazo.

Frisk: (preocupada) Chara, ¿estás bien?

Chara: (respirando hondo) Sí, estoy bien. Lo siento, Frisk. No quería asustarte.

Frisk: (abrazándolo) No me asustaste. Solo, me sorprendió.

Chara: (abrazándola de vuelta) Vamos a casa.

Ambos continuaron su camino, más unidos que nunca, conscientes de que, a pesar de los peligros que pudieran enfrentar, estaban dispuestos a protegerse mutuamente a toda costa.

Chara y Frisk finalmente llegaron a casa después de su tenso encuentro con el ladrón. Al abrir la puerta, fueron recibidos por una escena tranquila y hogareña: Sabrina, la abuela de Frisk, estaba sentada en el sillón tejiendo, mientras Kris jugaba alegremente con sus juguetes en el suelo.