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María José

Despierto con una sonrisa al recordar lo que pasó anoche pero dicha sonrisa desapareció al darme cuenta que estoy sola. Bien, tal vez Eric se fue antes para evitarnos problemas, no hay que pensar mal de él.

No puedo creer que mi primera vez haya sido con mi crush de toda la vida, siento que después de esto todo va a cambiar entre nosotros.

Me doy un baño para bajar a desayunar aunque quisiera no salir de mi habitación, tengo miedo de que se hayan dado cuenta de lo que Eric y yo hicimos.

Le mando mensaje a Muriel para decirle si quiere venir a comer para pasar por ella, espero que si acepte ya que mañana se irá de San Marcos y quisiera disfrutarla más, minutos después recibí un “Claro que sí”

Saludo a la familia y tomo asiento al lado de Juanda, huele demasiado delicioso, nunca lo había notado. Eric no me miraba, ni siquiera de reojo.

No me da buena espina esto.

—¿Y que dijo tu amiga Muriel?¿Si vendrá hoy?—Quiso saber mi tía Norma.

—Sí, está muy emocionada por venir.—Respondí con una sonrisa.—Estoy segura de que la amarás tía, es muy linda y su personalidad es encantadora.

—En eso tienes razón Majito.—Comenta mi tío.

—Y vaya que es muy linda, ¿Verdad hermano?—Leon voltea a ver a su mellizo para que le siga la corriente.

Esperaba que dijera algo halagador indirectamente hacia mí, que dijera algo como “Hay otras más lindas” mientras me miraba a los ojos pero en lugar de eso, Eric dijo:

—Demasiado, que bueno que tendremos otra oportunidad para deleitarnos con su belleza.—El comentario de Eric hizo que mi corazón se hiciera chiquito.

Decido pasar por alto su comentario y hago mi mayor esfuerzo para terminarme mi desayuno. En lo que se llega la hora de ir por Muriel me pongo a ayudar a Juan David con unos caballos.

—¿Porque te molesta que haya tenido algo con Rosario?—Cuestiona mientras cepilla a Pegaso.

La verdad es que ni yo sé.

—Ya te dije, esa mujer no te conviene, solamente eres un capricho para ella así como lo fue el tío Franco.—Dije observándolo seriamente.—No es el tipo de mujer que mereces, eres un hombre bueno, trabajador, con muchos valores. En cambio Rosario es una mujer que se siente atraída por hombres jóvenes, ilusos y que sienten admiración por ella, los quiere para alimentar su ego y sentirse adorada.

—Y según tú, ¿Quien es la mujer perfecta para mí?—Me mira espectante  y yo me concentro en terminar con Adonis para irme de aquí.

—Tiene que ser alguien más cercana a tu edad. De buenos sentimientos y pensamientos, atractiva, que te devuelva todo el amor que le des. Que le guste este ambiente, se lleve bien con tú familia y sobretodo, que te haga feliz.

—¿Alguien como tú?—Se acerca a mí quedando a centímetros.

—Tal vez.—Susurré mirándolo a sus ojos oscuros, a pesar de tener una mirada penetrante, se puede ver su nobleza reflejada en ellos.

Estamos tan cerca que juro que puedo sentir su respiración pesada. Me detalla el rostro y sin dejar pasar un segundo más siento sus labios contra los míos en un beso cálido y dulce.

Llevo mis manos a su nuca para profundizar el beso. Sus manos se podrán en mi espalda baja acercándome a él.

Todo iba bien hasta que aparece mi tía Norma. Rápidamente nos alejamos para que no nos viera. Dios mío, no tengo cara para ver a los ojos a mi madrina.

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⏰ Última actualización: Jul 14 ⏰

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Pasión De Gavilanes 2 (Erick Reyes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora