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-Ivo...

Sus ojos aún seguían cerrados cuando Spreen escuchó una voz tenue, lejana. Acto seguido, sintió el tacto de algo suave y húmedo sobre la curva de su mandíbula, que se desplazó hasta la comisura de sus labios.

-¿Despertaste?-susurró Rodrigo sobre su boca.

-Hmmm...-tarareó Iván tratando de acariciar a ciegas los labios ajenos con los suyos.

-Ya veo...-murmuró Carrera inclinándose más sobre el rostro del más alto para unir sus bocas en un tierno beso.

Spreen correspondió enseguida, siguiendo los movimientos acompasados de los labios del castaño. Al separarse para tomar aire, Iván abrió los ojos, encontrándose con los verdosos orbes del mayor.

-Hola-saludó Carrera con una pequeña sonrisa.

-Hola-respondió Spreen con la misma expresión tímida y enamorada en su rostro.

Mientras Iván terminaba de desperezarse, ambos jugaron con Barry y Micha, que descansaban tranquilos en los pies de la cama. Después de un rato, entre caricias, besos y cosquillas, se levantaron y se vistieron con ganas de comer algo.

-¿Vamos al Mac a desayunar?-preguntó Rodrigo.

-Nah, tranca. Voy por medialunas y chocolate caliente. Agarro la moto, ¿sí?

-Okey, andá con cuidado, amor.

Carrera se puso de puntitas para lograr alcanzar los labios de su novio y darle un piquito de despedida. Spreen le agarró de la cintura y buscó de nuevo sus labios, besándolo con más intensidad, si iba a salir quería despedirse en condiciones. Abandonó esa boca que le volvía loco dejando una leve mordida en su labio inferior, recibiendo un jadeo sorprendido por parte del contrario.

-Vuelvo enseguida.

•°•°•

Spreen manejaba por la ruta a una velocidad prudencial. Agarrar la moto no era algo que le hiciera especial ilusión, pero haría lo que fuera por ver la cara de su enano favorito feliz por compartir un desayuno romántico.

Ese fue su último pensamiento antes de que aquel auto decidiera ignorar por completo el semáforo en rojo que indicaba que debía detenerse.

Iván sintió el impacto de su cuerpo contra el piso antes de que sus ojos se cerraran para siempre.

•°•°•

Las gotas de lluvia salpicaban con gracia sobre los paraguas oscuros. La gente comenzaba a marcharse del cementerio, buscando cobijo en sus autos para volver cuanto antes a sus casas.

El pequeño cuerpo de Rodrigo seguía parado frente a la imponente piedra de la lápida de su alma gemela, negándose a abandonarla.

Las frías gotas caían sobre su cabeza y sus hombros, empapándolo completamente. No le importaba. El agua se escurría de su pelo cayendo sobre su frente y mejillas, mezclándose con las lágrimas que no habían dejado de salir de sus tristes ojos desde el accidente.

Con todo el dolor de su corazón y el aliento quemando en su pecho, Carrera consiguió emitir un sollozo, dos palabras.

-Mierda, Iván...

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Spreen despertó, aterrorizado. Sentía que se ahogaba, una angustiosa presión ardiendo ferozmente en su pecho. Quería chillar, gritarle a los cuatro vientos que seguía con vida, sin embargo, las palabras no salían de sus petrificados labios, siendo incapaz de emitir algo más que débiles jadeos agitados.

'°• ꜱᴄᴀʀᴇᴅ •°' ~ {Rodrivan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora