El gato & El leopardo 〔 Lawlu 〕

𝒞𝒶𝓅 | # 6

< Advertencia >
Contenido explícito 18+.
| Si no te gusta, te incomoda o te da una sensación rara, entonces ve hasta la mitad y el final ♡. |

Después de ese día, luffy se quedaba pensando en la propuesta que le había dicho law hace tiempo. Le gustaba su trabajo ayudando y cuidando el bien estar de los niños pero ya hacía tiempo que luffy había pensando en renunciar. Le había gustado la vida hogareña gracias a law, ya que él le gustaba estar en el hogar casi todo tiempo para estar tranquilo.

Luffy a veces no lo entendía muy bien a su esposo, porque había lindos días y aun así se quedaban en casa para ver alguna película o se dedicaban todo un día para ellos solos. Ahora luffy se a moldeó a la forma de vivir de law, no le molestaba en absoluto y hasta le parecía un poco entretenido.

Era su día de descansó y amaba esos días cada tres semanas dónde disfrutaba de estar en casa con su esposo. Aunque hoy fue no la excepción, law no se encontraba en casa desde que se había levantado y se encontraba un poco ansioso.
Su celular estaba cargando, así que no llevaba su móvil consigo y eso aumentaba la necesidad de tenerlo allí. Necesitaba, no, le urgía tener a su esposo allí en ese momento dónde necesitaba de su calor y feromonas para estar tranquilo.

En busca de algo para poder saciar esa horrible sensación de abandonó, empezó a buscar ropa del cirujano dónde estuviera su olor y cuando la encontró la tiraba encima de la cama. Necesitaba urgente sentir las feromonas de law, era lo único que lo calmaba en ocasiones como esta.

Después de una hora, law habían llegado y sentía todo muy tranquilo. No escuchaba la voz aguda de su esposo llamándolo, pero si sintió las feromonas de Luffy por toda la casa y eso lo preocupó muchisimo.

- Cariño, ya llegué. - Anunció law. Cerrando la puerta de la entrada y caminando lentamente hacia la habitación donde se escuchaba quejidos y sollozos.

Al escuchar aquello entró rápidamente a la habitación, dónde se llevó una sorpresa bastante inesperada.

Luffy estaba hecho bolita en la cama, rodeado de ropa de law y todo un desorden de intermedio. El cirujano realmente se encontraba sorprendido, pero luego suspiro con culpa, a la vez que se acercaba a él y tocaba su pierna suavemente.

- Cielo, ¿ estás bien? - Murmuro law, moviendo la pierna de Luffy con suavidad.

Luffy al oírlo se destapó, mostrando su rostro con lágrimas y tirándose encima de él. En aquel momento law se sintió muy culpable, pero sólo lo abrazo y empezó a soltar feromonas para tranquilizar al gatito.

- T-Torao... shiff. - Decía entre sollozos, abrazando y apretando el cuerpo de law.

- Ten cuidado, cariño. - Advirtió el leopardo, acariciando la espalda baja y su cabeza.

- ¡Torao es muy cruel! Dejó solo a su esposo e hijo...

- Pero... - Suspiro profundamente -. Tuve que ir a hablar personalmente para que podamos tener las vacaciones juntos, pero, para el mes que viene. Para en invierno, así que, vas a tener tiempo para seguir pensando si seguirás trabajando o no.

- ¡En serioooo! - Le grito en la oreja, emocionado y sonriendo ampliamente -.
Torao ya no es malo.

- Que bipolar... - Murmuró, mientras que sudor hacia de su cien.

- Shishishi, tengo hambre. - Le comentó a su esposo.

Luffy hundía su cara en el cuello del cirujano, ya que su olor era más intenso y reconfortante para luffy. Trafalgar por un lado trataba de entender las acciones de luffy, pero sólo trato de mantener la calma y dejar que haga lo que quiera.