Cap 2-. ¿Otra oportunidad?

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Deje los pañales en un estante colorido, y los biberones en un cajón de color azul con verde.
Estaba a punto de abrir la puerta, pero pensé, (¿y si agarro un pañal?). La verdad esque yo quería experimentar que se sentía tener otra vez la oportunidad de sentir un pañal en mi cuerpo.
Estaba decidido a agarrar uno, pero sabía que mi tía se daría cuenta de que abrí el paquete. Mejor decidí esperarme a que mi tia Lourdes lo abriera para cambiarle el pañal a algún bebé, y así poder tomar algún pañal sin sospecha alguna.
Y para mi suerte, mi tía Angélica estaba viniendo con un bebé en manos. Ella puso al bebé en una mesa, y empezó a cambiarle el pañal al bebé.

En esos 5 minutos, lo único que pasaba por mi cabeza era la idea de ponerme uno de esos pañales. Esos pañales se veían un poco grandes, era la talla 7, así que supuse que me quedarían. No pasó mucho rato, y mi tía Angelica se fue,  yo cerré la puerta, y saqué uno de los pañales. Le puse seguro a la puerta, y me recosté en el piso. Prosiguiendo con mi plan, me baje el pantalón, y luego en calzón, dejando al descubierto mis partes íntimas. Abrí el pañal, estire las cintas, y me lo pase por abajo de mis pompis, después levante la parte delantera, y abroche las cintas del pañal. Una vez que lo tenia puesto, la sensación fue increíble, sentí como mi cintura y mi cadera estaban en las nubes. Me mire a uno de los espejos, y vi a un niño de 10 años usando un pañal diseñado para bebés de 2 años, que sorprendentemente me quedaba. Aproveche la situación, y me quite el pantalón, el bóxer, y lo zapatos, quedándome solamente en camisa y pañal. Agarre un chupón, y vacíe jugo de mi botella a un biberón color blanco. También agarre 1 carrito para jugar en la alfombra de la habitación. Imagínense a un niño de 10 años, usando pañal, vestido solo con una camisa, con un chupete en la boca, con un biberón al lado, y jugando con un carrito, pues ese era yo. Seguí ahí por 10 minutos, cuando de repente tocaron la puerta, en ese momento me quede congelado y pálido, y lo único que atiné a decir fue; (me estoy cambiando). La verdad no creo que se lo haya creído, pero almenos se fue. No me quiero imaginar lo que hubiera pasado si no le hubiera puesto seguro a la puerta. Seguí jugando con el carrito, pero de repente me llegaron ganas de hacer pipí, y pensé (porque no?). Así que rezando para que no se saliera nada de pipí, empeze a hacer de poco a poco, se sentía demasiado rico, aunque poco a poco se me separaban más las piernas, ya que al parecer la pipí abultó demasiado el pañal. Se sentía increíble, calientito, y suave. Lo que no pensé, es que como iba a salir de ahí, sin que nadie viera mi pañal, ya que estaba demasiado abultado, y se iba a notar demasiado dentro del pantalón. Pero no tenia de otra, así que me arriesgue. Salí de la guardería, fui al baño de la casa, pero cuando estaba a punto de llegar, mi Papá me detuvo, me dijo (Que tienes en la entrepierna). Yo no le respondí nada, simplemente me quede helado.
El me bajo el pantalón, y el calzón, y se dio cuenta que tenía un pañal. El no me grito, y tampoco se enojo, pero si me miro con una cara de decepción.

HOLAAAA, ESTE ES EL SEGUNDO CAPÍTULO.

Espero que les esté gustando...

Bye Bye.

617 palabras escritas.

GIRO 180º (TBDL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora