ACUARIO

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"Estoy embarazada"

Sus palabras me dejaron helada. Ese día obtendría mi respuesta, y ahí estaba. Él debía tomar una decisión, y era esa: de pie frente a mí con su gigantesca sonrisa y lágrimas en los ojos.

Fue más difícil de lo que imaginé. Sujeté sus manos y de repente, me pregunté, si fue igual de difícil para él.

— Me alegro por ti, Sakura — por supuesto que no me alegraba, pero no le podía hacer saber que él cedió a la tentación. La pobre creía que él estaba enamorado. — ¿Alguien más lo sabe?

— No, como es tan repentino, él me pidió que no se lo dijera a nadie; pero pensé, que como se trata de ti, no habría ningún problema.

— Ya veo, gracias por confiar en mí.

— Los dos lo hacemos.

— Lo sé... lo sé, Sakura —se abalanzó hacia mí de la emoción, me abrazó tan fuerte como de costumbre.

— ¡Sakura-chan! —gritó Naruto, venía con otros amigos de Sakura detrás de él, no fue el ambiente más propicio para una confesión de esa magnitud— ¿Sabes dónde está Sasuke? Se fue con esos chicos extraños, el que era muy alto de cabello naranja y el chico que no dejaba de hablar de peces, sé que estaos en un acuario, ¡pero vamos!

— Yo soy quien vino con esos chicos extraños, yo los buscaré — mencioné, intentando escapar de ahí —.

— ¡Ah! Es verdad, Karin-chan tiene esa extraña habilidad, siempre puede encontrar lo que está buscando.

No, no siempre...

— Bueno, adiós, Sakura. Iré por él y le diré dónde estás; yo también debo irme.

— Gracias Karin-chan. Espero que te vaya muy bien.

— Lo mismo —me despedí de ella y del resto rápidamente y fui por él. Sabía que estaba en los túneles del acuario, de alguna manera, sabía que se debía sentir más seguro rodeado completamente por agua que con los demás.

Casi corrí para encontrarlo. Estaba concentrado en el tiburón ballena que nadaba tranquilo.

— Felicidades — dije mientras me acercaba, mi respiración estaba acelerada— Sakura me lo dijo, me alegro mucho por ti.

— Ah... ya veo. —estaba molesto, o incómodo, en realidad yo también.

— Estaba muy feliz cuando me lo dijo, fuiste injusto pidiéndole que lo mantuviera como un secreto.

— Quiero que se mantenga así un par de meses.

— Escucha, más te vale que las cuides, ella es tu familia ahora.

— ¿Estarás bien?

— Por supuesto, Juugo y Suigetsu son como mi familia, yo cuidaré de ellos.

Era la última vez, no quería un recuerdo amargo. Necesitaba sentir esa sensación agridulce, la misma que me dejaban sus labios, el sexo casual, las conversaciones hasta el amanecer... el tiempo que pasábamos juntos, lo que éramos.

— ¿Sasuke? ¡Oye, teme! ¿Dónde te metiste? —se escuchó el grito de Naruto en el amplio espacio.

— Debo irme — me dio la espalda.

— ¡Sasuke! Yo... —intenté tomar su mano pero no la alcancé. Él se giró a verme—. Yo... — sentía el corazón en la garganta, pero en realidad, lo tenía en mis manos, él apenas me lo había entregado — deseo con todo mi corazón que seas feliz.

Él sonrió.

— Gracias, Karin. Nos vemos.

— Adiós, Sasuke.

Me dolía el corazón. Escuché los pasos de Juugo detrás de mí, los reconocería en cualquier lugar.

— ¿Lograste hablar con él?

— Sí, pude hablar con él —creo que, a final de cuentas, eso era lo que importaba.

— Me alegra.

— Y a mí... ¿Sabes dónde está Suigetsu?

— Dijo que iría a alimentar a los peces.

— Ya veo... dijo que quería hacerlo al menos una vez antes de irnos — giré mi cabeza para ver el melancólico azul del agua cuando – ¡Idiota!— grité.

— Suigetsu estaba en pantaloneta, tenía un snorkel y nos saludaba orgulloso. Dos buzos con equipos completos nadaban intentando sacarlo pero él era más veloz. Sería otro lugar al que no podríamos entrar de nuevo.

— Le patearán el trasero.

— Y a ti te patearon el corazón — miré a Juugo confundida.

— Fui demasiado lejos, lo siento — se disculpó con franqueza .

— No pasa nada, pero creí que sería Suigetsu el que diría eso, no tú.

— Pasamos mucho tiempo junto, es casi un hermano para mí – dijo mientras lo veíamos pelear bajo el agua para que los buzos no lo sacaran del agua – . Uno al que a veces quiero asesinar.

— Dímelo a mí.

— ¿Estarás bien?

— Sí, lo único que quiero es que sea feliz.

— Hay muchos peces en el mar... aunque no para él — se burló de Suigetsu, a quien finalmente sacaron del acuario.

— Ya vámonos, antes de que llegue la policía.

El azul del agua, de repente, parecía menos solitario...

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⏰ Última actualización: Jul 14 ⏰

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