9. Unión

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“Solo en el amor la unidad y la dualidad no están en conflicto"

-Tagore

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Sobre las raíces imponentes de un árbol nacido  de la muerte, los cinco Kages de las aldeas ninja principales observan al ser extraterrestre que tantos estragos causó, presión sacudiendo sus corazones al contemplarlo asimilando el cuerpo de su antiguo compañero. Los ojos de todos, con creciente preocupación, no se levantan de los patrones geométricos color noche que comienzan a cubrir el cuerpo de Momoshiki, tampoco de los globos oculares adicionales que comienzan a surgir en medio de su frente y palmas.

La pantalla de humo que parcialmente bloqueaba este macabro espectáculo revela el aspecto final del enemigo. Naruto siente náuseas y no puede evitar mencionar su malestar:

—Era tu compañero...

—¿Se lo comió?—, Boruto fruncía el ceño de disgusto.

—Eres despreciable—. Sasuke, perturbado ligeramente, apretó las katanas que sostenía con su izquierda y derecha. Recuerda el regalo que Naruto le dió el día de su cumpleaños: un brazo izquierdo nuevo, como símbolo de absolución y perdón por su traición hace tantos años.

Momoshiki vió a aquellos seres inferiores que reclaman su actuación y río.

—Kinshiki me ofreció su poder por voluntad propia—, su voz grave y con malvada burla se extendió por el campo de batalla—. La trasmisión de poder es el código de nuestro clan... Pero se acabaron los juegos, acabemos con ésto. ¡Ignorantes que se oponen a los dioses!

Con un impulso abrumador, Momoshiki se elevó por el aire y extendió ambos brazos, cortando con una ráfaga de presión el tronco del árbol gigante detrás suyo y enviando a todos volando hacia atrás entre los escombros. Un momento y una patada rápida hacia el Raykage lo envío disparado. Momoshiki se giró solo para ser atado con la arena de Gaara.

—Ataud de are...

Riéndose, el cabello del extraterrestre privó el movimiento de su oponente y lo acercó para conectar su puño en el abdomen. El Kage de la niebla y la tierra fueron mandados a volar también con un simple golpe y juego de puños.

Los Kages cayendo inconscientes en un parpadeo fue una escena lamentable que apagó el espíritu de batalla de Boruto.

—Es tu turno, zorro—. Momoshiki crujió el cuello y buscó con la mirada entre los escombros a Naruto.

Sasuke, reaccionando después del impacto, apartó la madera que lo cubría y tomó impulso hasta el lugar en donde sentía el chakra de Naruto.

—Boruto...—. Un padre preocupado por su hijo fué interrumpido.

—¡Aquí estás!—. En una ráfaga de velocidad, Momoshiki golpeó con fuerza para levantar una nube de polvo. La batalla recién comenzaba.

Naruto intercambia golpes certeros con el enemigo, siendo rápidamente abrumado y sufriendo daño, sin embargo, no esperó que los dedos de Momoshiki comenzaran a presionar sus puntos de chakra.

—Eso no es todo—. Momoshiki golpeó fuertemente el vientre de Naruto con el puño y agarró su rostro en el aire.

—¡No avanzarás más!—. Sasuke saltó y movió sus espadas, pero un codazo le impidió seguir y ser agarrado al igual que su compañero.

Momoshiki, con una sonrisa de suficiencia plasmada en el rostro, sobrevoló el campo de batalla y arrastró por el suelo rocoso a sus contrincantes para luego lanzarlos a los lados. Sus acciones hicieron que parezca una victoria asegurada para el mal devastador, como un niño que moja con una manguera un nido de hormigas, insectos impotentes ante la fuerza de un titán.

¿POR QUÉ NO PUEDO DECIRTE?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora