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—¿Te duele mucho?— negó sin levantar la vista de la mesa.
Se encontraba en la sala mientras que Carlisle vendaba su muñeca, Bella bromeaba con Emmett, Rosalie leía el periódico y Edward solo se mantenía a su lado en completo silencio. No prestaba atención a su alrededor, tampoco era como que le causara curiosidad seguir escuchando como Bella y el vampiro fortachón bromeaban con la inmortalidad.
Levantó la cabeza al mismo tiempo que todo se quedó en silencio por el ruido que provocó el periódico chocar contra la mesa de cristal; Rosalie estaba de pie mirando molesta a la humana.
—No te preocupes.— Emmett le restó importancia al tema cuando vió salir a su esposa.
—¿Alguna pista?— miró la mano del vampiro sobre su hombro, esa acción si que la tomó por sorpresa.
—No hay señal del intruso mientras que Victoria sigue haciendo apariciones.— Aislinn siguió a Bella con la mirada al verla irse en la misma dirección que Rosalie hace un momento.
Jaspes quien era el encargado de las guardias se marchó de la sala seguido de Carlisle, dejando a los menores solos.
—¿Qué te pasa?— miró unos segundos al lector.— Si no quieres hablar entonces leeré tu mente para saber que es lo que te abruma.— Ed rió bajo.— No tienes que poner tu escudo.—
—No es nada.— negó.— Solo estoy preocupada por Embry, se me hace una injusticia lo que Sam está haciendo con él; lo hace a un lado como si él no tuviera nada que ver en esto y en cambio pone a Black en su lugar.— bufo molesta.— Ahora más que nunca no quiero a ese maldito cerca.— Miró al vampiro al no recibir respuesta.— ¿Qué pasa?—
—¿De qué? Solo te escucho.— sonrió mirándola.
—No es eso. Ya van dos veces que miró ese brillo en tus ojos, no tengo idea de lo que significa y es extraño.—
—¿Brillo? No.— negó apartando su mirada.— Pero volviendo a Embry, deberías hablar con Sam personalmente.— la chica asintió dándole la razón.— Aislinn...— un fuerte aullido se escuchó por lo que la chica no dudó en asomarse por la ventana. El lobo color gris se encantaba entre los matorrales esperándola.
—¿Ibas a decirme algo?— el vampiro negó.— De acuerdo. Yo iré.— señaló hacia el bosque.
Bajó las escaleras rápidamente hasta la puerta principal donde salió dándose cuenta de que ahora se encontraba su novio frente a ella con una bermuda de mezclilla. Caminó hasta el chico y al estar lo suficientemente cerca se abrazaron fuertemente sin percatarse de que dicho vampiro los miraba desde el ventanal.
