Capítulo 1.

166 8 11
                                    

Adilah, maldita Adilah Bedi. La noche en que entró en mi vida fue la noche en que todo se ino abajo. La noche que perdí al amor de mi vida. Mi rey. Mi Adonis. Estuve enamorada del rey de los licántropos durante años antes de que ella le pusiera los ojos encima. Qué no daría por estar en sus zapatos, ser la pareja del mismísimo rey... Pero en lugar de eso me convirtieron en una especie de villana. ¡Bueno, a la mierda! ¿No es hora de que cuente mi versión de la historia?

***

SEIS MESES ANTES.

Savanah.

Nunca lo adivinarás.

Zayla.

OMG. ¿Qué?

Savanah.

Mi tío va a ver al rey hoy... Y me dijo que podía acompañarlo. ¡Ya estamos en el coche!

Zayla.

No. Joder. ¿En serio? !!!!!

Savanah.

Sí!!! Vamos a estar él y yo y mi tío todo el día.

Zayla.

Qué suerte tienes. Y sabes que él tampoco ha encontrado a su pareja.

Savanah.

Zay, no empieces...

Zayla.

Sólo lo digo.

No pude evitar sentir la emoción crecer en mi pecho al leer el mensaje de mi mejor amiga. Zayla sabía de mi amor no correspondido por el rey de los licántropos, Adonis Dimitri Grey. Aunque hacía tiempo que había perdido la esperanza de que fuéramos compañeros, Zayla no.

- ¿Cuánto falta?- le pregunté a mi tío Mark, que conducía. No respondió, como de costumbre.

Siempre lo enfadaba todo lo que yo hacía. Ese día se había enfadado porque tardé demasiado en decidir qué ponerme para visitar al rey. Lo sé, lo sé. Soy un cliché. Pero en mi defensa, solo me avisó unos minutos antes de que quería que fuera con él. Tuve que probarme todos los vestidos de mi armario antes de elegir uno negro elegante que se ajustaba perfectamente a mis curvas. Sin duda valía la pena el silencio. Antes de que preguntes, no soy una de esas licántropas que obtuvo sus poderes porque encontró una pareja que era licántropo y se transformó lentamente de mujer loba. Como he dicho, todavía no he encontrado a mi pareja. Ni siquiera he besado a un chico. No, soy del tipo aburrido que nació como licántropa. Es por parte de mi tío. Él es miembro del Concejo de Alfas, y es por él que conocí al rey. En cuanto le miré a los ojos color avellana, me enamoré. Pero sabía que no éramos compañeros. Esa verdad se sentia como una esquirla de cristal en mi corazón cada vez que la recordaba. Dicen que se nota cuando encuentras a tu pareja, y yo nunca tuve esa sensación de hormigueo de la que habla la gente. Y él nunca sintió nada por mí. En las raras ocasiones en que pude verlo en persona, tuve suerte si me dedicó una sola mirada. Todavía no había encontrado a su pareja, ni yo a la mía. Mentiría si dijera que no había pensado en ello: ¿qué pasaría su me equivocara, si él fuera mi pareja? Pero sabía que era una tontería soñar. Mi única esperanza era que ninguno de los dos encontrara nunca a su pareja. Era teóricamente posible. Los lobos morían a tes de encontrar a sus parejas todo el tiempo. Era una triste realidad de la vida de un metamorfo. Ya había perdido la esperanza de que la mía estuviera ahí fuera. La mayoría de los lobos conocían a sus parejas a los dieciocho años. Eso fue hace dos años, y no había nada en el horizonte. Así que tal vez el rey podía darse cuenta de que su pareja había muerto y elegirme para formar un vínculo conmigo. Sé que suena un poco psicótico, pero lo amaba. En ese momento, era mi única esperanza. Me aferraba a ella como Rose a ese tablón en el final de Titanic.

Savanah: Antes de Adilah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora