Soy de fuego, de brasas incandescentes,
de pasión que se consume, sin medida ni fin.
Hasta que las cenizas me cubran, hasta que la llama se extinga,
no puedo detenerme, no puedo renunciar, no puedo declinar.Como un volcán en erupción, mi energía se libera,
en un torrente de emociones que me arrastra sin cesar.
Cada esfuerzo, cada anhelo, cada deseo que se enciende,
me obliga a seguir adelante, sin vacilar ni retroceder.No me conformo con la quietud, con la paz efímera,
busco el vértigo de la acción, la intensidad del fuego.
Y aunque las llamas me abrasen, aunque el dolor me devore,
no me detendré hasta ver cómo mi alma se transforma en ceniza.Soy un alma en llamas, un espíritu indómito,
un volcán que no se cansa de erupcionar sin cesar.
Y aunque la agonía me arrebate, aunque la fatiga me abrume,
seguiré quemando hasta que mi último suspiro se escuche.Soy de fuego, soy de pasión, soy de esencia pura,
un alma que no se apaga hasta que la llama se consume.
Así es mi destino, así es mi naturaleza,
hasta la última brasa, hasta que todo se consuma.