De las cenizas, un nuevo brote surge,
un renacer en verde, un canto que se abre.
La muerte no es final, la vida se renueva,
en un ciclo infinito, que siempre se renueva.
La oscuridad se quiebra, la luz se abre paso,
y el corazón cansado, late con más brío.
Las heridas sanan, las cicatrices se desvanecen,
y el espíritu renace, con fuerza y decisión.
Como el fénix que renace de sus propias cenizas,
la esperanza se reaviva, y la fe se consolida.
Las lágrimas se secan, el dolor se disipa,
y la vida florece, en un jardín que se reinventa.
Cada amanecer es un nuevo comienzo,
una oportunidad de crecer, de aprender y de amar.
No importa lo que te haya pasado, no importa el dolor que sientas,
siempre hay un nuevo camino, que puedes empezar a andar.
La vida es un ciclo, de muerte y renacimiento,
de caída y resurrección, de oscuridad y luz.
No te rindas ante la adversidad, no te quedes en el pasado,
renace con el sol, renueva tu camino, y vive con más fuerza.
