Atardecer en Tokyo (KuroKen)

Suspensión - Parte II

A T A R D E C E R . E N . T O K Y O

CAP 8: Suspensión - Parte II

Kenma se encontraba en una habitación junto a Yaku. Y hace tan solo unos segundos había tomado la decisión de responder cualquier pregunta que se le ocurriera a su antiguo compañero de equipo. 

Fue así que Morisuke, quién se caracterizaba por ser directo con sus cercanos, lo miró con algo de compasión al percibir en su mirada un poco de temor. De cualquier forma estaba decidido a entender cómo Kenma había terminado la relación con su mejor amigo Kuroo.

—Aclárame algo, ¿en qué momento decidiste terminar con él?

Kenma bajó la mirada y se mantuvo un rato en silencio para sacar la cuenta. 

—Eso fue hace tres meses. Tres meses antes de mi cumpleaños.— respondió Kozume con la voz entrecortada. Había sentido un nudo en su garganta al recordar la fallida celebración de cumpleaños sorpresa que había organizado Testurou el día de su ruptura.

—¿Y qué te gustaría que hiciera Kuroo? ¿Quieres que vuelva contigo en un tiempo más?— preguntó Morisuke cruzándose de brazos y mirándolo de reojo. 

—Sobre eso, bueno es lo que más deseo, pero...— decía Kenma sintiendo que su corazón latía cada vez más rápido al sentirse en una situación amenazante. —Pero la verdad no espero eso de él. 

—¿Por qué?

—Porque no le conviene estar conmigo.— respondió en voz baja. —Él me dijo alguna vez que soñaba con ser padre. La primera vez que me lo dijo éramos adolescentes. Quería creer que estaba bromeando porque ni siquiera habíamos terminado el instituto, pero las otras veces que lo hemos conversado, ya siendo adultos, parecía hablar muy serio. Y con los años, ese sueño se fue volviendo cada vez más inalcanzable para mí.   

—Kenma, quiero hacer una pausa.— dijo Yaku aprovechando la pausa que había hecho el más joven. —Primero, solo tienes 25 años. Te estás preocupando demasiado por algo que todavía no ha sucedido. 

Kenma lo miró un poco molesto al sentirse regañado. 

—No quiero invalidar lo que acabas de decir, solo digo que hay personas que planifican sus hijos cuando son mucho más grandes o cuando ya se sienten más estables en diferentes áreas. En fin, solo quiero recordarte que en las relaciones es importante ceder a veces. Y tengo entendido que Kuroo te dijo que estaba dispuesto a renunciar a tener hijos con tal de regresar contigo, ¿o me equivoco?

—Es cierto, pero no lo entiendes. — se quejó Kozume sintiéndose frustrado. —Hacer que renuncie a ese sueño no solo es egoísta de mi parte, es cruel.

—Entiendo tu punto. Pienso que eres bastante considerado al pensar así. —  dijo Yaku sonriéndole gentilmente para luego tomar una pausa. —¿Sabes Kenma? No creo que sea cruel. Kuroo toma sus propias decisiones y tiene clara sus prioridades. No existe otro Kenma en el mundo que te pueda reemplazar. 

Dicho eso, el joven de ojos ámbar se sonrojó levemente al escuchar esas palabras.

—¡Maldición! — exclamó  Yaku subiendo el tono de su voz provocando que Kozume llegara a dar un pequeño salto en su asiento.  —Además de Lev, no he conocido a nadie tan enamorado como ese idiota. — añadió más calmado. —Desde que conozco a Kuroo he sabido que te tiene entre sus principales prioridades. Y me preocupa saber que tiene el corazón roto por desamor, ¿de verdad dejarás que se marche así de fácil? — preguntó mirándolo confundido. 

—Él ya se fue, me dejo claro que no quería insistir.— murmuró un poco molesto. 

—Estoy de acuerdo con él.— replicó Yaku con el ceño fruncido.