Rivalidad y Preocupación

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El día del esperado partido de revancha finalmente llegó. El estadio estaba lleno, y la tensión era palpable en el aire. Tanto Enzo como Matías sabían que este juego sería crucial no solo para sus equipos, sino también para su propia relación, que había comenzado a desarrollarse fuera del campo.

Desde el pitido inicial, el partido fue feroz. Ambos equipos luchaban con todo, y Enzo y Matías se enfrentaban una y otra vez, cada uno intentando superar al otro. Sin embargo, algo estaba diferente esta vez. Cada vez que sus miradas se cruzaban, había una mezcla de desafío y algo más, una conexión que ninguno podía ignorar.

En el segundo tiempo, ocurrió lo inesperado. Enzo, en un intento de interceptar un pase, lanzó un potente disparo. La pelota, en un giro desafortunado, golpeó a Matías en el pecho, dejándolo sin aliento y cayendo al suelo con fuerza. El estadio quedó en silencio mientras Matías intentaba incorporarse sin éxito.

Enzo, sintiendo una punzada de pánico y culpa, corrió hacia él. "¡Matías, lo siento! No quería..." comenzó, pero fue interrumpido por los médicos que entraron corriendo al campo para atender a Matías.

El juego fue detenido y Matías fue llevado rápidamente al hospital. Enzo, incapaz de concentrarse, fue sustituido y siguió al equipo médico, su mente llena de preocupación.

Horas más tarde, Enzo se encontraba en la sala de espera del hospital, con la cabeza entre las manos. Cada minuto se sentía eterno. Finalmente, un médico salió y se acercó a él. "¿Familia de Matías?"

Enzo se levantó de un salto. "Soy... soy su amigo. ¿Cómo está?"

"Está estable," respondió el médico con una sonrisa tranquilizadora. "Tuvo una contusión en el pecho y necesitaba algunas pruebas adicionales, pero va a estar bien."

El alivio inundó a Enzo, quien siguió al médico hasta la habitación de Matías. Al entrar, vio a Matías en la cama, con una expresión de cansancio pero sonriendo al verlo.

"Hey," dijo Matías con una voz débil pero alegre. "¿Estás bien?"

Enzo soltó una risa nerviosa. "¿Yo? Debería preguntarte eso a ti. Siento mucho lo que pasó en el campo, Matías. Nunca quise lastimarte."

Matías extendió su mano y Enzo la tomó sin dudar. "Lo sé, Enzo. Esto es parte del juego. Estoy bien, de verdad."

Se miraron en silencio por un momento, y Enzo sintió que el nudo en su pecho se deshacía un poco. "Cuando te vi caer, pensé que... No sé qué haría si te pasara algo serio."

Matías apretó la mano de Enzo. "Estoy aquí, y estoy bien. Además, gracias a ti, tengo a alguien que se preocupa por mí más de lo que esperaba."

Enzo se acercó y, sin pensarlo dos veces, plantó un beso en la frente de Matías. "Prometo cuidarte, dentro y fuera del campo."

Matías sonrió y cerró los ojos, sintiendo el calor del beso y la sinceridad en las palabras de Enzo. "Y yo prometo no dejar que te preocupes tanto."

La noche avanzó, y aunque el camino por delante estaba lleno de incertidumbres y desafíos, en ese momento, Enzo y Matías sabían que su vínculo era más fuerte que cualquier rivalidad.

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jugando con el corazón ( matienzo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora