Holaaa. Nuevo capítulo. Es extenso, así que no se apresuren y disfruten. 🐳
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Capítulo 18|Confesiones nocturnas.
OLIVER
Me regaño mentalmente ante su sugerencia que me ha puesto de los nervios, para ser honesto si fuera valiente aceptaría sin pensarlo, pero mi lado sensato me dice que aborde la situación como un adulto.
Nunca he sido capaz de dejarme llevar sin preocuparme y es una de las razones por la que Susan se aburrió de mí, es cierto, suelo ser un amargado aburrido cuando me lo propongo.
De soslayo le echo un repaso a Teresa, se ha entretenido decorando los hot-cakes que están listos con las frutas que encontramos en el refrigerador. Se ha atado el cabello en una caleta para no estorbarle permitiendo que varios mechones le caigan sobre la frente. Tiene un perfil atractivo y muy bonito, para ser honesto hasta disfrazada de trucha se vería extremadamente guapa.
Sin pensarlo, estiro el brazo hacia ella, mis dedos no tardan en hacer contacto con sus mechones llevándolos hacia atrás de su oreja. Trago saliva por mi atrevimiento. Teresa se congela en su lugar, su mirada no tarda en encontrarse con la mía con una pizca de sorpresa. Un cosquilleo se aloja en mi estómago y me obligo a reaccionar.
—Tenías un insecto en el cabello.
Siento como mi cara comienza a subir el calor. Por primera vez doy gracias que estemos entre penumbras.
—Oh, gracias, Oli —me regala una sonrisa de agradecimiento y le da un último toque a la cena orgullosa —. ¿Qué te parece? ¿No se ven más sabrosos?
—Eres toda una artista —le doy la razón —. Somos un gran equipo con nuestras habilidades culinarias.
—¡Es cierto!
—Vale, entonces vamos a cenar.
Apago la estufa cuando cada quién ha terminado su parte. Nos sentamos en los taburetes y sirvo el café.
El sonido de los cubiertos es lo único que se escucha entre nosotros. Nuevamente la analizo cuando se ha distraído. Una batalla comienza en mi interior ante la incertidumbre de lo que está sucediendo conmigo.
Entonces ya no puedo resistir y le pregunto:
—Oye... —carraspeo —. Sólo por curiosidad, si yo en este caso aceptara seguirte la corriente, ¿qué haríamos con exactitud?
Teresa detiene el tenedor cerca de su boca. Ladea la cabeza y su sonrisa no tarda en aparecer.
—¿Acaso te estás animando a seguir con el plan?
—Hablo hipotéticamente.
—¡Tengo muchas ideas! —parece entusiasmarle el asunto —. Verás no soy experta en nada, pero los K-dramas son de ayuda.
—Ya me arrepiento de haber preguntado —mascullo.
—¡Ey! Eso me ha ofendido —me señala con el tenedor fingiendo estar enojada. Se ve linda cuando frunce la nariz —. Confía en mí, ahora mismo puedo mostrarte una lección.
—¿Y qué es lo primero que tendría que hacer para que funcione?
—Invitarme a bailar.
Casi me quemo la lengua con el café cuando ha hecho tal sugerencia. Toso un par de veces y recobro la compostura. Por su parte, parece bastante feliz.
—¿Qué? —parpadeo, confuso —. ¿Cómo un baile funcionaría?
—Vaya, tenemos mucho trabajo por hacer, pero está bien —se pone de pie de inmediato. No la pierdo de vista cuando rodea la isla y se detiene a mi lado. Él corazón se me acelera —. Bailar es un modo de transmitir lo que sentimos. Y si queremos convencer a los innombrables para dejarles en claro que has pasado página, hay que demostrarlo.
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Un lugar en el mar
RomanceTeresa Roth solo tiene una meta en la vida: convertirse en una de las mejores navegantes de los siete mares sin importar los obstáculos, aunque eso signifique tener que lidiar con el hermético citadino Oliver Kellen. Oliver Kellen ha renunciado a l...