CAPÍTULO 9

94 11 4
                                    

Cuando menos lo esperaba, ya estaba en el campo de juego driblando el balón. Estaba jugando mi partido más importante hasta ahora, pero lo más frustrante es que no estaba en las mejores condiciones. Podía escuchar los gritos de Hyuga regañándome de que dejaba que me quitaran facilmente el balón o porque no lograba alcanzar a ver los pases que me hacían. Me hacía imposible concentrarme y me llenaba de impotencia.

Para nuestra desventaja, apenas en el minuto doce del primer tiempo, el Nankatsu marcó su primer gol con el surrealista tiro doble del conjunto de Tsubasa y Misaki. Nunca pensé que algo así era posible. Podía jurar que ese tiro tomó un efecto giratorio que ni siquiera el muro de hierro que representaba Wakashimazu en la portería pudo detener. 

Miré a mi alrededor, a mis compañeros, especialmente a Wakashimazu, que seguía en su mismo lugar maldiciondose a si mismo, y a Hyuga, cuya desesperación era palpable. El sílbato volvió a sonar; se reanudaba el partido. No era tiempo de lamentarse, quedaba tiempo para dar vuelta el marcador. El sol calentaba cada vez más, aumentando la tensión. 

Hyuga avanzó violentamente con el balón hasta llegar a la portería del Nankatsu, frente a frente con Wakabayashi, y usó su "tiro de bala" que iba directo hacia el portero. Sin embargo, Wakabayashi logró detenerla, Hyuga falló por tercera vez.

Así continuó, el capitán recuperando el balón una y otra vez, dirigiéndose a la portería e intentando anotar desde fuera del área. Por más que le gritara pidiendo el balón, él me ignoraba.

¿Por qué sigue insistiendo?

Faltaba un minuto para que terminara el primer tiempo y la tensión era tangible. Nos quedaba un último contraataque para empatar. Cómo era de esperarse, Hyuga tenía el balón. Con determinación en sus ojos, hizo su último tiro desde fuera del área grande. Disparó. Wakabayashi estaba listo para detener el tiro, con la mirada firme y decidida. La desesperación me invadió, estaba totalmente en contra de esta "estrategia" que se había inventado Hyuga. Sin pensarlo, corrí con todas mis fuerzas y cabeceé el balón en dirección contraria a la de Wakabayashi.

─ ¡______!─ gritó Hyuga sorprendido.

Por un instante, creí que mi plan había funcionado, pero el portero del Nankatsu frenó el balón apoyando su mano derecha en el suelo, impulsándose hacia atrás con el brazo para atajar con el pie. No me lo podía creer.

Fue entonces cuando el sílbato del árbitro sonó, se acabó el primer tiempo. El Nankatsu mantenía su ventaja.

 El Nankatsu mantenía su ventaja

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


─ ¿En qué estabas pensando? 

Hyuga, con una postura firme y algo tenebrosa, se puso frente a mí. Todos nuestros compañeros miraban con curiosidad y la tensión invadía el ambiente, cada uno de ellos conteniendo la respiración.

─ Lo mismo te pregunto a ti, ¿cómo se te ocurre gastar los últimos minutos del primer tiempo en hacer el mismo tiro y fallar una y otra vez?─ le espeté.

CAMPEONES | Kojiro Hyuga y Tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora