This is how it feels to take a fall -Lol_fandomlover

9:(

Resumen:
Philza, quien había encontrado al piglin cuando no era más que un niño que luchaba por sobrevivir en el infierno. Cuando tenía miedo de las voces en su cabeza, miedo de la violencia que pedían. Quien lo acogió sin dudarlo, criándolo como si fuera suyo en sus numerosos servidores. Quien le había enseñado el lenguaje común, a sostener una espada y luchar, a leer y escribir. Techno le debía todo a ese hombre, y ahora estaba muerto. Aparentemente inmortal, pero muerto de todos modos.
____________________________________

“¡Techno, basta!”

"Quítate de mi camino, Will"

—¡NO! ¡Para! Solo… por favor —Wilbur se quedó firme en la puerta, mirándolo fijamente con dureza. Techno no se sintió intimidado en lo más mínimo, no le preocupaba que ese pequeño imbécil le impidiera ayudar a su padre.

Porque Philza no estaba muerto. Era inmortal, ¡por el amor de Dios, no se moría así nomás! No podía morir. Si moría, eso significaba que Techno le había fallado a otra persona que no había hecho nada más que ayudarlo, y no podía soportar ser un fracaso de sus propios ideales. Resopló enojado hacia el hombre, agitando la cola detrás de él. Con la voz ahogada por su propio dolor, Wilbur ofreció un débil gruñido en respuesta. El hombre casi nunca mostraba sus rasgos de piglin, casi en su totalidad debido a su apariencia humana. ¿Por qué molestarse con algo así cuando podía mimetizarse?

—No está muerto —insistió Techno. Ambos sabían que era falso. Wilbur cerró los ojos con fuerza, incapaz de luchar contra la avalancha de lágrimas que inundaban sus ojos y le quemaban el rostro. Las cosas no estaban destinadas a ser así. Habían luchado, sangrado y muerto por su libertad en este servidor olvidado de Dios, y saberlo solo les provocó una muerte temprana.

—Lo enterraremos al mediodía. —En lugar de seguir discutiendo, el poeta simplemente se hizo a un lado, sin dedicarle otra mirada al híbrido piglin antes de irse. De repente, la sola idea de ver a su padre en la cama, pálido y sin vida, lo puso enfermo. Demasiados de sus compañeros habían muerto recientemente. Muchos más seguirían. No sabía cuánto más de esto podría soportar.

Empujó la puerta para abrirla, ignorando las lágrimas que caían sin parar por su rostro mientras veía a su padre todavía en la cama, con la piel de un blanco mortal, los ojos cerrados y hundidos. Había rosas violetas inocentes sobre su almohada, un símbolo de la presencia de su madre. Con una respiración temblorosa, Techno se arrodilló a su lado, extendió la mano para agarrar la mano fría de Philza y presionó su frente contra la rama.

—Esto ya no tiene gracia —murmuró con voz tensa.

Philza, quien había encontrado al piglin cuando no era más que un niño que luchaba por sobrevivir en el infierno. Cuando tenía miedo de las voces en su cabeza, miedo de la violencia que pedían. Quien lo acogió sin dudarlo, criándolo como si fuera suyo en sus numerosos servidores. Quien le había enseñado el lenguaje común, a sostener una espada y luchar, a leer y escribir. Techno le debía todo a ese hombre, y ahora estaba muerto. Aparentemente inmortal, pero muerto de todos modos.

Las lágrimas rodaban por su rostro, ahogándose mientras sollozaba en silencio.

—Papá... por favor, no te vayas. Todavía no... —susurró con voz de caballo, mientras se aferraba a lo que quedaba de su padre. Pocas veces, o nunca, lloraba tan abiertamente. La última vez había sido cuando murió Dream, cuando sostuvo el cadáver del hombre, y ahora lo repetía con su cuidadora.