8: Tal vez...

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  Llevo rato intentando estudiar magia de parálisis, pero por más que intento concentrarme, no lo logro. No paro de pensar en ese Karl y no puedo evitar maldecirlo.

  Espero que no sean nada, pero si lo son, no sé qué haré. Tengo miedo de que sea algo y no quiero pasar la noche con él para nada, pero no sé qué me pasa. Después de todo, yo no puedo hacer nada, él puede que sea su novio y yo solo soy un metido de mierda en su relación.

  Solo llevamos una semana conociéndonos, ¿cómo es posible que me sienta así?

– ¿Y si le pregunto a mi papá? – pensé, para después negar con la cabeza – pensará que soy un tonto.

  Miré la hora y ya me tenía que ir a la clase de esgrima con mi padre y no pude estudiar lo suficiente, mejor dicho, nada, todo por pensar en qué son esos dos. Pero antes de irme, recordé que Amari lo sabría, después de todo, ellas se llevan muy bien. Solo tenía que darle algo a cambio.

  Por faltar a la clase no me van a matar, después de todo esto es más importante que una tonta clase de esgrima con el tonto de mi padre. Él entenderá.

– ¡Te doy todos mis postres por todo un mes! – dije alzando la voz.

– Ya te dije que no – dijo frunciendo el ceño.

– Ya te ofrecí de todo, ¿por qué no me quieres decir?

– Tienes que entender que es un no, no te diré qué son esos dos y menos sin el permiso de Diana – se dio la vuelta para marcharse.

– Adiós dignidad – mi última esperanza, me tiré al suelo para después agarrarla de la pierna – ¡Anda, dime, dime! ¿Qué son esos dos?

– Suéltame, Yong – me sacudió – ya te dije que no.

– ¿Ni porque soy tu hermano me lo dirás? – la miré a los ojos esperando un sí.

– Desde cuándo eso importa.

– Dime, haré lo que sea.

– N-o, no – no me podía rendir.

– Andaaaaa.

– Ya basta, Yong, lo que sea que quieras ya te dije que no – era Ezra, que me agarró para que soltara a Amari.

– Gracias, Ezra – dijo Amari para después irse.

  Ezra no me soltó, se aseguró de que se hubiera ido. Se quedó parado mirándome fijamente y yo no me esperé nada.

– ¡¿Qué crees que estás haciendo?!

– ¿Yo? – me miró extrañado – Mejor dicho, ¿qué hacías con Amari?

  Me quedé callado para irme a buscar a Amari, pero Ezra no me lo permitió, jalándome hacia la clase de esgrima donde todo el entrenamiento lo hice fatal y mi padre se dio cuenta de esto y empezó a interrogarme.

  Al verme rodeado, terminé por contarle todo sin soltarme ningún detalle de lo que pasó y por lo cual no me he podido concentrar en nada.

– Por eso no desayunaste bien – dijo en un susurro – hijo, a mí me pasó lo mismo y es por lo mismo de la maldición. No sé qué tenga, pero por algo el beso es la única solución, tal vez te conecte con tu segunda naranja – me dio un golpecito y yo no entendí.

– Tú otra mitad, Yong – mi papá y yo saltamos del susto al ver que mi madre estaba al lado de nosotros – he investigado de todo y la verdad tampoco sé lo que hace para que todo pase rápido.

– Entonces...

– Paciencia, ya verás cómo pasan las cosas y toda inquietud se desvanecerá.

  Lo decía fácil, pero no podía soportar todo lo que sentía, tenía que saber, pero supongo que Ezra va a estar cerca de Amari para evitar que me acerque, entonces no sé qué hacer en estos casos.

  Me fui de ahí ya que me sentía de mal tercio. En el camino a mi cuarto me topé con Amari y detrás de ella estaba Ezra. Caminé para después Ezra se pusiera enfrente, pero pasé ignorándolo.

– Yong – Amari me habló con calma, pero yo seguí de largo – ese chico solo acosa o molesta a Diana, creo que siente atracción hacia ella. Hasta donde sé, no son nada y posiblemente no lo sean jamás – me detuve en seco, miré a Amari. Me lancé hacia ella para abrazarla y darle las gracias – ya, ya, deja esa cara larga, aún tienes oportunidad.

– ¿Qué te pasa? – preguntó Ezra, mirándome extrañado.

  Estaba llorando de la alegría de que esos dos no sean nada y para asegurarme, tenía que hacer que ese imbécil se alejara de ella a toda costa. Después de todo, ella será mía de alguna manera en la cual aún no sé.

  Esta vez sí me logré concentrar en el estudio, terminando todo de la mejor manera y también alegre por lo que tenía planeado.

  Todo estaba listo, entonces me fui a comer para después quedarme encerrado en mi recámara leyendo libros de historia de nuestros orígenes. Fue cuando Karl tocó a la puerta.

– ¿Qué sucede? – le pregunté.

– Mamá me pidió que te entregara esto – lo tomé y vi que eran unos documentos – y también me dijo que los revisaras cuando tuvieras tiempo.

  Solo asentí, vi que necesitaba unas cuantas cosas y documentos para revisarlos de la mejor manera posible. Eran documentos sobre una casa de hace cientos de años para ver si se podía derrumbar para poner una tienda de armas para los aventureros del gremio.

  Fui con mi madre para pedirle esos documentos de la historia de estos y también de tres años antes de que esta fuese hecha. En pocas palabras, documentos del año 1700 al 1703 más la historia de esta que duró 10 años más, del 1704 al 1713. Y sí que eran demasiados, que hasta mi hermano se alegró de no ser el heredero de la familia, y ni se diga de Amari que se puso a reírse de mí por mi mala suerte.

– Pero cuando me tenga que ir a otro lado, los dejaré a cargo – pensé.

  Me encerré en mi habitación junto con la bola de documentos para revisarlos. Después saqué mi pluma favorita para hacer apuntes de lo más importante, pero no pude terminar ya que, de la nada, por no ver la hora, estaba afuera de la casa de Diana a punto de agarrar la manija. También tenía una bolsa de mandado.

– Ya lo haré en la mañana – pensé.

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Hasta la próxima

Día Vampiro, Noche Humana 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora