3: Los Ruíz

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Salí del baño después de anotar lo anterior, reparé el espejo para que se viera mejor, ahora era de color plata, ya no era de madera.


La recamara parecía a los cuartos del personal, una caja extraña, la mire y no pude entender porque era así en especial porque tenía un cristal negro en la parte de a delante.

Su cama era pequeña tenía una sabana sencilla de color rosa pastel, también tenía una mesa donde estaban un libro en un lenguaje algo diferente al que conocía pero solo en escritura, también a su lado un cuaderno que parecía decir lo mismo.

Me senté en la cama, el colchón era demaciado cómodo aunque era demaciado pequeño, mínimo a lo que estaba acostumbrado.

Note que había una ventana me asomé un poco e intente usar un hechizo, solo para saber si la magia se podría usar, el hechizo es del tipo básico.

- Ilumina - dije en voz baja.

Un destello demaciado brilloso, mire abajo para ver a una chica pelo castaño un ojo verde y el otro café, me miró con asombro.

- ¡DIANA ¿CÓMO PUEDES HACER ÉSO? - me grito.

Su grito fue demaciado fuerte que me hizo que me golpeará demasiado fuerte la cabeza con el marco de la ventana en seguida tocaron demasiadas veces la puerta del cuarto.

- Tu eres Yong ¿No es así? - está vez fue la voz de una señora, posiblemente era su madre - sal por favor.

Ella sabía mi nombre pero yo no sabía el suyo pero posiblemente era la madre de Diana, abrí la puerta y di a una señora con un vestido largo casi llegaba al suelo, no era como los de mi madre que llegaban hasta el suelo.

Me tocó la cara tenía una expresión que tranquilizaba, era demaciado tranquila que me empecé a calmar, el otro señor se me acercó y me tocó el hombro me estaba mirando con una mirada realmente de disgusto.

- Yooo - me puse nervioso.

- Vamos a la sala - dijo la señora.

Fuimos a la sala y por suerte no entraron al baño, eso me alivio un poco.

También supe que está familia era pequeña el señor que me miraba con desagrado hace un rato es su padre que se llama Hiker y la señora amable era María, cuando escuché su apellido me sorprendí.

Era Ruíz el nombre de la leyenda que yo no creía que existiera, también había una niña más llamada Sophie que fue la que me grito y a la vez me descubrió.

Ellos me dijieron que aquí podía relajarme ya que aquí no hay enemigo, ni nada por el estilo, me dijieron que lo único que tenía que preocuparse es la tarea que no haya logrado acabar y también de hacer las tareas domésticas que te toca.

Me lanzaron un calendario, que tenía que revisar con atención, era de lo que me tocaba cada día.

Me contaron que hoy le tocaba a Sophie, también que los días que le tocaba hacer las tareas domésticas eran los sábados y los jueves, mayormente ella acababa todo o mínimo su mayoría.

Comí un poco y me volví a subir a la habitación de la chica.

Continuará...

Día Vampiro, Noche Humana 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora