Día Vampiro, Noche Humana 2

1: Evitando a mamá

Tengo una familia de lo más normal para mí, pero para otras especies era algo distinto, era extraño.

  Tengo tres hermanos: ellos son Amari Shin, Ezra Shin, que son gemelos, y también está Karl Shin, que es el menor de todos nosotros.

  Mi madre se llama Luz Shin y mi padre Leonardo Shin; ellos se conocieron por una maldición o podría ser una maldición.

  Yo soy Yong Shin, el hermano mayor de la familia, pero lo que vuelve extraña a mi familia no es que fuéramos una familia de vampiros, sino que estábamos muy mezclados.

  Mi madre era una vampiro y mi padre era un lobo. Yo soy mitad vampiro, mitad lobo; Amari era una loba y Ezra era un vampiro. Por otro lado, Karl no era ninguno de ellos, y eso nos llamó la atención a todos en mi familia. Mis padres dicen que es por los antepasados de la familia de mi padre.

  Pero con el tiempo, lo que pensaba que era normal, no lo era.

¶

Yong

  Estaba en el patio, como era costumbre, mirando los alrededores para librarme de mis padres que querían que ya me consiguiera una esposa.

  Yo no tengo la intención de casarme, por el momento no me interesa. Además, tampoco es que quiera tener hijos. Intentaría darle mi lugar de heredero a uno de mis hermanos, pero ninguno quiere.

– Yooong – era mi hermana que estaba corriendo con una sonrisa hacia mi dirección.

– ¿Qué sucede? – dije cuando ella estaba frente a mí.

– Mamá y Papá te están buscando – dijo con una expresión de fastidio.

– Diles que no estoy y... – algo me golpeó muy fuerte desde atrás. Miré hacia atrás.

– Con que no estás – era mi madre y aparentaba estar de lo más enojada – tenemos que hablar de algo importante – me agarró de la mano jalándome para llevarme dentro de la casa.

  La casa siempre estaba iluminada con velas. Mientras estábamos caminando, esperaba que alguien llegara y me salvara de las preguntas sobre en qué día conseguiré una prometida. Es algo fastidioso.

– Mamá, ya sabes que no...

– Es algo más importante que el matrimonio...

– Señor Yong, llegó esto para usted – era Karl.

– Karl, sabes que somos hermanos, no me tienes que decir señor.

– Al rato lo revisas – dijo mi madre.

– Podemos hablar de eso más tarde – le dije echándome a correr para que no me alcanzara.

  Jale a Karl conmigo y los dos corrimos juntos hasta haber perdido a nuestra madre. Ella estará muy enojada cuando me vea, pero realmente no quería hablar de nada con mis padres. No importaba si decían que no era relacionado con el matrimonio, tarde o temprano mientras avanzaba la conversación con ellos siempre llegaba el tema.

– ¿Qué es lo que me querías dar? – le dije cruzándome de brazos, con una sonrisa.

– Es esto – me entregó una carta. Era de la familia de los Méndez, para ser específico, Samuel Méndez, era otra familia de vampiros.

Yong Shin, mañana a las 6pm en el bosque de siempre.
Lleva tu espada 笈, esta vez no ganarás.
Sé puntual.

Atte: Méndez Samuel

  Era lo que decía. Mayormente no iba, pero esta vez tendría que ir para no encontrarme con mi madre enojada queriéndome electrocutar. Sí, mejor si voy a ir.

  Creo que lo debí haber pensado dos veces antes de correr, tal vez sí debí haber hablado con ella.

– ¿Vas a ir? – dijo Karl con algo de curiosidad.

– Es mejor que quedarme a que mamá me electrocute.

– Bueno, tienes razón – los dos nos reímos.

  Karl no usaba mucha magia ya que su cuerpo era algo débil para resistir una cantidad grande de magia. Por lo tanto, él no asistía en las cacerías de cada año, solamente se encargaba de dormir a los humanos para que no se enteraran.

– Me voy, hermanito – le acaricié la cabeza y me fui a mi cuarto usando un hechizo de teletransportación.

  Todo mi cuarto era de lo más oscuro; usaba pocas velas de llama color blanco. Me aseguré de cerrar con seguro la habitación para que mi madre ni nadie pudiera entrar. Me preparé para el combate, el cual siempre gano; realmente es de lo más débil, pero ya no veré a mi madre en la noche.

  He leído muchas historias de vampiros que han escrito humanos, pero en algo ellos se equivocaban: los vampiros sí pueden estar bajo el sol, no solo comemos sangre; es más, podemos comer lo que sea.

  Al ser mitad lobo, puedo transformarme en un cachorro de color blanco, al mismo tono de mi cabello.

  Me tomé una ducha y me puse una pijama de color negro. Me senté un rato en una mesa de noche y agarré un cuaderno donde siempre escribía una historia cliché, por así decirlo.

  Estuve una hora así hasta que me decidí a ir a dormir, esperando que mi madre no me encuentre mañana.

Continuará...