Serizawa está enamorado de su jefe, al no imaginarse siendo correspondido, decide mantenerlo en secreto, pero como Hoyuelo disfruta de ver el mundo arder, expone su secreto, sólo para que las cosas se compliquen.
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Por primera vez, Mob entró al apartamento de su maestro, un lugar pequeño pero ordenado. El adulto lo invitó a ponerse cómodo en el sofá, ocultando lo tenso que estaba tras una sonrisa cotidiana.
ㅡPero...¿De que quieres hablar conmigo?ㅡ fue la pregunta de Reigen, mientras tomaba asiento junto a Mob.
Aquella interrogación hizo suspirar al adolescente, supo entonces que no sería tan sencillo ahondar en el tema si su maestro fingía demencia.
ㅡSobre usted y Serizawa.
Reigen descansó su cuerpo sobre el respaldo del sofá, aceptó que no tenía escapatoria ni forma alguna de omitir la conversación con Mob, mucho menos si el chico lo miraba de una forma tan comprensiva aún cuando Arataka no había revelado ni una sola palabra sobre sus verdaderos sentimientos.
ㅡDime una cosa, Mobㅡ pidió, borrando la sonrisa falsa que había mantenido desde la llegada de su discípulo.
ㅡ¿Sí?
ㅡ¿Por qué te molestas en preocuparte por esto?ㅡtuvo que soltar una risa nerviosaㅡEs sólo una tontería.
El chico bajó la mirada, no respondió, el silencio fue sobrecogedor para Arataka, que esperaba impaciente por la respuesta, aunque ya se la imaginaba, sería a su discípulo dándole un pequeño sermón sobre lo negativo que resultaba ocultar sus sentimientos y fingir que todo estaba bien. Además de que su preocupación se debía a los años de amistad que ambos habían cultivado.
Arataka lo sabía, sólo quería escucharlo desde la boca del propio Shigeo.
Un sollozo ahogado alertó al adulto, se inclinó para ver la cara de Mob, notando que tras su flequillo negro se escondían unos ojos repentinamente inundados por lágrimas.
ㅡMob, estás llorando.
ㅡAh...no me digaㅡrespondió molesto y con la voz entrecortada.
ㅡOye, ¿Cómo puedes ser sarcástico en un momento así?
Puso una mano sobre la espalda de Shigeo, con la otra se encargó de tomarlo del mentón para levantar su cabeza, así pudo ver cómo esa pequeña nariz sonrojada resaltaba entre la palidez de su rostro.
ㅡMe duele que usted no confíe en míㅡ confesó frustradoㅡNo sabe lo mucho que significa para mí, más que mi maestro o mi amigo, usted es algo más importante.
Shigeo tuvo que dejar de hablar, porqué de sus ojos brotaban todavía más lágrimas, el decaimiento emocional formó un inconveniente nudo en su garganta, obligándolo así a hacer una pausa y liberar su llanto.
Reigen recordó la última vez que lo vió llorar, sucedió cuándo esa chica que tanto le gustaba terminó rechazandolo. Pero no, esto no era igual a aquella vez, ahora Shigeo parecía sufrir más, mucho más de lo que sufrió por su amor fallido.