CRY FOR ME [Twice x tu]

Capítulo 2: La Búsqueda de las Elegidas

Narra _____:

Leía tranquilamente en mi habitación, esperando que llegaran mis mamás de aquella reunión. Ya era de noche y no había señales de ellas, así que comencé a preocuparme un poco. Salí de mi habitación en busca de Wendy; tal vez ella sabía algo acerca de mis madres. Bajé al segundo piso en busca de ella.

—Wendy —la llamé cuando la encontré sentada en el sillón con un rostro preocupado—¿sabes algo acerca de mis mamás? —vi la cara de Wendy y ella negó.

—Lo siento, enana, aún no hay noticias de ellas —suspiré preocupada por la respuesta de mi mayor—pero tranquila, seguramente ya vienen de vuelta —intentó darme una sonrisa tranquilizadora. Yo solo me digné a asentir y sentarme al lado de ella en el sillón.

Ambas estábamos sumergidas en un silencio, el cual no era incómodo, pero se sentía la preocupación en el aire. Oí como alguien intentaba entrar a la casa, así que rápidamente me puse de pie y me acerqué a la puerta. Wendy copió mi acción y me siguió.

Solté un suspiro de alivio cuando vi entrar a mis dos madres por la puerta, sanas y salvas, pero el alivio se fue cuando divisé sus rostros preocupados y asustados.

—¿Están bien? ¿Cómo les fue? —me acerqué a mamá Irene para quitarle su abrigo y colocarlo en la percha.

—Wendy, necesito que des la orden al ejército de Pyrosia de que los quiero aquí mañana temprano —habló autoritaria mi madre Irene, y la nombrada asintió y salió de la casa apresurada.

—¿Por qué quieres al ejército? ¿Qué sucedió? —le pregunté asustada a mi madre Seulgi, ya que mi madre Irene al parecer no quería hablar.

—Todo estará bien, _____, no te preocupes, mi amor —acarició mi mejilla con amor Seulgi, pero aún así dudé de sus palabras.

—Ve a dormir, _____, debes descansar —asentí a lo dicho por mamá Irene y me acerqué a cada una de ellas para despedirme.

Me dispuse a irme a mi habitación, pero antes de subir las escaleras me di la vuelta para divisar a mis madres, las cuales estaban abrazadas, dándose apoyo mutuo. Sus expresiones serias y preocupadas me hicieron sentir una punzada de miedo en el corazón. Sabía que algo grave se avecinaba, algo que ni siquiera ellas estaban seguras de poder manejar.

Mientras subía las escaleras, no pude evitar pensar en las palabras de mamá Irene sobre el ejército. ¿Qué tan serio podía ser esto para que necesitaran llamar a todas las fuerzas de Pyrosia? Mis pensamientos me llevaron a imaginar posibles escenarios de conflicto, cada uno más aterrador que el anterior.

Ya en mi habitación, traté de calmarme, recordando las palabras de mamá Seulgi. Me metí en la cama, aunque el sueño tardó en llegar.