CRY FOR ME [Twice x tu]

Capítulo 7: Las Sombras de los Korrath

Narra ____:

Seguimos caminando, manteniéndonos alerta a cualquier señal de ataque enemigo. Nos habíamos adentrado en otro bosque, uno que parecía también pertenecer a los Korrath. Me puse en guardia, lista con mi espada para cualquier eventualidad.

De repente, unos gritos resonaron en el aire, advirtiéndonos que los Korrath nos habían visto y estaban preparados para atacar. Miré a las chicas y vi el miedo en sus rostros. Suspirá frustrada, preparándome para enfrentarme a las criaturas una vez más. Me sorprendió ver que, en lugar de uno, eran cuatro Korrath los que se acercaban. Trague en seco, saqué mi espada.

—Los Korrath solo morirán si les clavamos la espada en el pecho. Nuestros poderes son inútiles contra ellos —dije mientras me lanzaba al ataque contra uno de ellos— Deben usar sus espadas —advertí mientras esquivaba el siguiente Korrath.

Me enfrentaba a dos Korrath mientras los otros dos estaban dispuestos a atacar a las chicas. Vi cómo se preparaban para el combate y escuché la voz temblorosa de Chaeyoung.

—N-Nosotras no sabemos cómo usar espadas —dijo, su voz llena de miedo.

Me giré para verlas, frustrada.

—¿Es una broma? —pregunté mientras esquivaba los ataques de las criaturas que intentaban matarme— ¿En su distrito no les enseñan a defenderse?

—Aunque no lo creas, en Aquorion no usamos armas y somos muy pacíficos —explicó Jihyo, mientras retrocedía lentamente.

Suspiré con resignación. Corrí hacia las chicas y las puse a salvo a mis espaldas, protegiéndolas mientras me enfrentaba a los cuatro Korrath.

—Quédense atrás y manténganse a salvo —les ordené, tratando de mantener mi voz firme a pesar del dolor y la fatiga.

Los Korrath estaban implacables. Cada uno parecía tener una habilidad especial para coordinarse con los otros, lo que hacía que cada ataque se sintiera aún más mortal. Mientras peleaba, uno de los Korrath logró golpearme en la cara con una de sus garras afiladas. La fuerza del golpe me hizo caer al suelo, y sentí un dolor punzante mientras sus garras rasgaban mi piel. Mi rostro estaba cubierto de sangre y sudor, el ardor de la herida me hizo apretar los dientes.

Mientras me tambaleaba, los otros tres Korrath se acercaron, listos para atacar. En ese momento, me sentí desesperada. Era imposible luchar contra todos a la vez y defenderme de sus ataques simultáneos.

De repente, un destello de movimiento llamó mi atención. Vi a Tzuyu, con la espada en mano, intervenir en la pelea. Con una precisión sorprendente, se lanzó contra uno de los Korrath y lo derribó con un golpe certero. La criatura cayó al suelo, su cuerpo se desintegró en sombras antes de desaparecer completamente.

—¡Levántate! —gritó Tzuyu, mientras bloqueaba un ataque de otro Korrath con su espada.

El tiempo que Tzuyu me dio al eliminar a uno de los Korrath me permitió levantarme. A pesar del dolor y la dificultad para ver a través del sudor y la sangre, me obligué a seguir luchando. La furia y la determinación me llenaron mientras volvía al combate, enfrentando a los tres Korrath restantes con renovada intensidad. Mi fuego se avivó, envolviendo mis puños con llamas furiosas, listas para incinerar a nuestros adversarios.