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La cena de celebración por el MV estaba en pleno apogeo cuando llegué. El restaurante estaba lleno de risas y conversaciones animadas, pero mis ojos se fijaron inmediatamente en Jimin y su staff. En cuanto me vio, una sonrisa iluminó su rostro.

—Oh, Jeongguk, sí veniste —dijo, levantándose para recibirme— Ven, Jeongguk, siéntate acá

Señaló el asiento vacío a su lado. Tomé asiento junto a él, y desde el primer momento, Jimin empezó a comportarse de una manera que solo aumentaba mi confusión

—Jeongguk, ¿quieres un poco? —dijo, ofreciéndome su cóctel mientras relamía sus labios de manera provocativa

No pude evitar desviar mi mirada hacia sus labios y asentí, tomando el vaso para beber un poco. Él sonrió, pero no fue una sonrisa amable, sino una cargada de intenciones que me descolocaban

La noche continuó, y Jimin no dejaba de ofrecerme de su comida. Tomaba un bocado con sus propios palillos y los acercaba a mis labios, insistiendo en que probara esto o aquello. Cada vez que lo hacía, sus dedos rozaban mis labios levemente, enviando corrientes eléctricas a través de mi piel

—Jeongguk, prueba esto, está delicioso —dijo, mientras sus ojos se mantenían fijos en los míos

Tomé el bocado, sintiendo sus ojos sobre mí mientras lo hacía. Su mano, descansando casualmente sobre mi muslo, el cual apretaba ligeramente cada vez que me ofrecía algo. A veces, su pulgar trazaba pequeños círculos en mi pierna, un toque que parecía inocente pero que me hacía temblar internamente

Mi mente era un torbellino. ¿Por qué estaba actuando así? ¿Qué pretendía? Me costaba concentrarme en las conversaciones a mi alrededor porque cada gesto de él, cada mirada, cada roce, parecía estar diseñado para mantenerme en un estado constante de confusión y deseo

—Jeongguk, ¿quieres probar este también? —preguntó, levantando un trozo de sushi hacia mí

—Claro —respondí, tratando de mantener la compostura mientras sus dedos rozaban nuevamente mis labios

Cada sonrisa suya, cada mirada furtiva, cada toque ligero en mi muslo me hacía cuestionar mis propias emociones y reacciones. Podía ver en sus ojos, en esas sonrisas a medio curvar, que lo hacía con otras intenciones. Era como si disfrutara viendo cuánto podía hacerme tambalear, cuánto podía llevarme al borde.

—Jeongguk, ¿estás bien? Pareces distraído —dijo, con su voz suave y llena de falsa preocupación

—Estoy bien —mentí, esforzándome por mantener mi voz firme

—Bueno, si necesitas algo, solo dímelo —dijo, deslizando su mano más arriba en mi muslo, sus dedos trazando un camino ardiente que me dejó sin aliento

Mi mente estaba en constante debate. ¿Qué quería Jimin? ¿Estaba jugando o había algo más detrás de sus acciones? Cada vez que intentaba concentrarme en la conversación, su toque, su mirada, me arrastraban de nuevo al abismo de la confusión

one of your girls; km auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora