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La mañana después de la fiesta, Rodrigo caminaba por los pasillos de la escuela, con la cabeza llena de recuerdos borrosos y risas. La música seguía sonando en su mente, y, a pesar de sus esfuerzos por parecer indiferente, no podía evitar pensar en cómo Iván lo había invitado a bailar.

Al girar una esquina, se topó con Iván, que estaba apoyado en la pared, charlando con algunos amigos. Al ver a Rodrigo, su sonrisa se volvió más amplia, como si la noche anterior hubiera sido un secreto compartido.

—¡Eh, Rodrigo! —lo saludó Iván, acercándose con confianza—. ¿Te acuerdas de anoche?

Rodrigo sintió que su corazón se aceleraba. No estaba seguro de cómo reaccionar.

—Sí... fue una fiesta. —Respondió, intentando sonar casual.

Iván lo miró fijamente, como si supiera que había más detrás de su respuesta.

—Bailaste como si no hubiera un mañana. —Dijo Iván con una sonrisa burlona—. Me impresionaste.

Rodrigo desvió la mirada, sintiendo un leve rubor en sus mejillas. No quería que Iván se diera cuenta de que realmente había disfrutado.

—No fue nada especial. —Respondió con desdén, pero sus palabras sonaban poco convincentes.

Iván dio un paso más cerca, notando la tensión en la voz de Rodrigo.

—Mira, solo quiero decir que... me divertí anoche. Tal vez deberíamos hacerlo más a menudo. —La sinceridad en la voz de Iván lo sorprendió.

Sin saber cómo reaccionar, Rodrigo se sintió atrapado entre su orgullo y su creciente curiosidad.

—No sé... —comenzó a decir, pero Iván lo interrumpió.

—¿Te parece que estoy bromeando? —preguntó, la chispa en sus ojos inconfundible—. Puede que tengamos nuestras diferencias, pero eso no significa que no podamos llevarnos bien.

Rodrigo lo miró, intentando discernir sus intenciones. Había algo en la forma en que Iván hablaba que lo hacía cuestionar su primera impresión.

—Está bien... quizás deberíamos intentarlo. Pero solo como amigos. —Dijo Rodrigo, buscando establecer límites.

Iván sonrió, como si estuviera satisfecho con la respuesta.

—Amigos, por ahora. —respondió—. Pero no subestimes la diversión que podemos tener.

Ambos se quedaron en silencio un momento, antes de que Iván rompiera la tensión con una risa ligera.

—Vámonos antes de que alguien nos vea aquí. —dijo, dirigiéndose hacia la salida.

Rodrigo lo siguió, sintiendo que, a pesar de sus dudas, había algo nuevo e interesante en esta extraña amistad que comenzaba a florecer.

Rodrigo lo siguió, sintiendo que, a pesar de sus dudas, había algo nuevo e interesante en esta extraña amistad que comenzaba a florecer

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" A veces creo que te necesito, pero otras no se que siento. "










Que vivan los hombres ( solo Carre y spreen )

Bathroom - ʳᵒᵈʳᶦᵛᵃⁿ -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora