Regulus Black y la varita de Dianna Kung

Tres: La maldición de Gryffindor.- Barty Crouch

La primera clase de defensa que tenían en el segundo año no era algo que Regulus querría volver a repetir, no sabía quién era el idiota que reemplazaba a la profesora, no sabía que hacía Dumbledore allí y no sabía porque Thony y Bas debían estar en otra clase si los dos eran Gryffindor.

Nico tampoco se veía contento con esa decisión, pero ellos decidieron elegir adivinación para su clase extracurricular para fin de año y debían estar en la presentación a pesar de que aun no la rindan, ellos dijeron que irían y les avisaron muy tarde la noche anterior, dijeron algo acerca de la vida y las oportunidades de saber más. ¡Era un asco!

— Bastian y Thony debían avisarme que no vendrían. Es una idiotez que no estén aquí. — musitaba molesto Nico haciendo que Regulus lo observé de reojo, el chico estaba frustrado. Sabía bien porque pero no quería oírlo.

— Cálmate, Bas... Y Thony saben que hacer. — se cruzó de brazos mientras veía a varios alumnos llegar ansiosos moviendo sus manos.

— Les hice la promesa de defender a los tres y ahora ellos están solos, tendrán que cuidarse los huesos si les hacen algo. — Solo asintió sonriendo con burla y no dijo más nada, sabía que Thony y Bastian sabrían defenderse de ser necesario.

La voz del profesor lo hizo mirarlo, el hombre era un hombre entre los treinta, no estaba mal, pero su aura y su vibra lo hacían ver como un inepto para Regulus. Al sacar a la luz que el director estaba allí observando su primera clase solo lograron que ruede los ojos molesto. Otro lame botas.

— Hoy realizaremos un hechizo de defensa para protegernos ante una clara amenaza, sin lastimar a nuestro rival pero siendo letal y muy fuerte — Noto a Nico fruncir el entrecejo mirando otro punto pero para la altura de Regulus no llegaba a ver qué observaba, sospechaba que ese chico le ponía algo a sus jugos o té de las mañanas para crecer más de la cuenta — Gracias a la profesora Galatea Merrythought que me dejó su libreta con algunos nombres del año pasado que para su criterio fueron los mejores, elegí a alguien con la mejor nota. El señor Potter nos ayudará a realizar el hechizo Petrificus Totalus.

Regulus sintió sus manos temblar cuando el cotilleo se hizo más fuerte, eso era lo que todos decían, no hablaban del profesor o del director que estaba justo en una esquina observando todo con una sonrisa, era de él que las niñas o incluso niños hablaban.

Observó al profesor caminar hacia un armario que ante el movimiento de varita de aquel sujeto se movió de manera frenética, no sabía de su lugar pero saltaba de forma rítmica pareciendo que rompería el piso en cualquier momento.

— Señor Potter, espero este listo para ayudar a sus compañeros.

— Siempre para servir profesor — claro. El antiguo Potter se hubiese cortado ambos brazos si debía ayudar en un clase con los Slytherin y estaba seguro que este no estaba muy lejos.

Una risa seca salió de su garganta llamando la atención de varias personas, lo peor no era eso sino que el segundo que se generó de silencio entre el agredecimiento del profesor hacia Potter fue lo suficientemente largo para que hasta Dumbledore escuche su risa.

— ¿Hay algo gracioso que haya dicho, señor... — No. Me. Jodas.

El profesor estaba dudando por su apellido y no podía ser más vergonzoso.

— White, profesor — murmuró de forma divertida Potter sonríendo levemente mientras Regulus se obligaba a no soltar una maldición cuando el profesor repitió ese absurdo apellido.

— No, soy Black.

— Oh, cierto. Lo lamento, borreguito. Lo olvide por un segundo. — ¿En serio, Potter?