Capitulo 5

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Comenzaba a desesperarme y no era la única, Ovidio había pasado los últimos cinco minutos pidiendo que lo tapará ya que moría de frío. Estaba estresada, sabía perfectamente que Alondra tardaría al rededor de cuarenta minutos en llegar, pero ya habían pasado cuarenta y cinco y mi mente no debajo de proyectar pensamientos negativos.

Quizás solo eran creados por la gran presión que sentía al tener que mantener con vida a Ovidio, lo único cierto era que si Alondra no se aparecía dentro de veinte minutos Ovidio quedaría completamente inconsciente. Y después de él seguiría yo a causa de la gran carga que estoy poniendo en mí misma.

Luego de unos minutos más decidi que ya era momento de llevar a Ovidio a la bañera.

—Ovidio, de nuevo ocupo que me apoyes— sin esperar respuesta de su parte volví a repetir mi acción de antes y lo levanté sosteniéndolo con la fuerza de mi cuerpo para poder equilibrarme.

A pasos lentos logré llevarlo al baño y con demasiado cuidado comencé a descender para que tocara el agua.

Un grito ahogado salió de su boca junto a un quejido por el cambio de temperatura, cuando su cuerpo comenzó a mojarse más se aferró completamente a mi en un abrazo.

—Esta muy helada, por favor no Alisson— rogo ahogadamente por lo helada que estaba el agua.

—No es cierto Ovidio, suéltame por favor, ocupo bajarte la temperatura— roge intentando que sus aferrados brazos me soltaran.

El agua ni siquiera estaba a una temperatura monstruosamente helada, lo que pasaba era que Ovidio tenía demasiado frío, por eso mismo sentía el agua más helada de lo que en realidad estaba.

Sus brazos no me soltaban y estábamos a punto de caernos juntos al agua. No iba a lograr que me soltara, si fuerza no era tanta ya que había estado perdiendo algo de sangre pero podía sentir como yo no era completamente capaz de sostener su cuerpo el cual se encontraba aferrado a mi, así que tarde o temprano terminaría callándome junto a él.

No había otra opción, tenía que tirarme junto a él o si no, no sería capaz de bajar su temperatura.

Luego de unos segundos más deje caer la parte superior de mi cuerpo y Ovidio por fin quedó completamente sumergido en el agua, en cambio yo quedé con la mitad de mi cuerpo fuera de la bañera, mis piernas se sostenían para no dejarme caer y mis brazos se apoyaban del piso de la bañera para no dejar caer todo mi peso sobre Ovidio.

—Quédate aquí, no te vayas a salir por favor Ovidio, es por tu puto bien ¿Entiendes?— Ordené cuando logré levantarme y salí corriendo a buscar mi teléfono.

Teclee el contacto de Alondra y esperé que tomara mi llamada.

No atendió.

Volví a llamar y ahora si contestó.

—Alondra, ¿En donde chingados estás? Llevo una puta hora esperándote— grité histérica por el teléfono.

—Ya voy en camino Alisson, deja de ser tan dramática— contestó irritada.

—¿Como que no sea dramática? Le dieron dos balazos a Ovidio, se está desangrado y está apunto de morir de fiebre— reclame gritando al teléfono.—¿Y adivina quien tiene que hacerse responsable? ¡Yo!, así que déjate de pendejadas y apúrate.— grite y sin esperar respuestas colgué la llamada.

Luego de unos minutos volví al baño con Ovidio, había puesto a remojar los trapos en agua fría para ponerlos sobre Ovidio.

Él estaba completamente temblando, ni siquiera le había quitado sus tenis y mucho menos su pantalón. El agua evidentemente se había tornado de un color rojo intenso.

¡Tal vez sí o tal vez no! |Ovidio Guzmán| En proceso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora