Cris Jr, Mejor conocido comó el hijo de Cr7, Vive en Arabia, sin pensar que un día llegaría una chica, Quien le cambíaria la vida entera, odiandola y Amandola. Cris no es de muchas palabras, Y menos con gente nueva, pues, su padre le enseño al no co...
-Erika al levantarse, Miro su celular, Nawaf, La había puesto en el grupo de amigos, quien todos la saludaron.
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Erika se despertó temprano al tercer día, llena de energía y entusiasmo.
Ropa:
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Aunque Cris seguía siendo distante, ella no dejaba que eso afectara su ánimo. Después de desayunar, se dirigió al parque donde había quedado con Nawaf, Mekky, Jude y Lauri.
Cuando llegó, sus amigos ya estaban allí, listos para empezar otro día de actividades. Cris estaba sentado en un banco, mirando su teléfono. Erika decidió no intentar forzar una conversación con él y se centró en disfrutar el día con los demás.
“¡Erika, ven a jugar con nosotros!” llamó Lauri desde el campo de fútbol improvisado.
Erika corrió hacia ellos, riendo. Se unió al juego y mostró nuevamente sus habilidades, marcando varios goles y asistiendo a sus compañeros. Nawaf la felicitó con un choca esos cinco, mientras que Mekky y Jude no paraban de bromear sobre lo buena que era.
Cris, aunque seguía sin participar mucho, no pudo evitar fijarse en la destreza de Erika. Cada vez que ella lograba una jugada destacada, su mirada se suavizaba un poco, aunque él se esforzaba por mantener su expresión seria.
Después del partido, el grupo decidió ir a una heladería cercana. Se sentaron en una mesa al aire libre, disfrutando del refrescante helado bajo el sol.
“Entonces, Erika, cuéntanos más sobre tu vida en tu país,” dijo Jude, curioso.
Erika sonrió y comenzó a hablar sobre sus experiencias jugando fútbol y balonmano, sus amigos de la escuela y las diferencias culturales que había notado desde su llegada a Arabia.
Mientras conversaban, Cris se mantenía al margen, mirando su teléfono de vez en cuando pero prestando atención a la conversación. Erika decidió aprovechar el momento para intentar incluirlo.
“Cris, ¿tú juegas al fútbol también, verdad?” preguntaste, tratando de romper el hielo.
Cris levantó la mirada y asintió brevemente. “Sí,” respondió, antes de volver a su teléfono.
Aunque su respuesta fue breve, Erika no se desanimó. Continuó conversando con los demás, segura de que con el tiempo, Cris podría abrirse un poco más.
Al regresar a casa esa tarde, Leticia la esperaba en la cocina.
-¿Cómo te fue hoy, Erika?-
Erika sonrió.
“Fue un buen día, mamá. Jugué fútbol con los chicos y luego fuimos a tomar helado. Todos son muy amables.”
“¿Y Cris? ¿Sigue siendo tan serio?” preguntó Leticia, levantando una ceja.
Erika suspiró.
“Sí, sigue siendo muy serio y distante. Pero no voy a dejar que eso me afecte. Estoy segura de que eventualmente se abrirá.”
“Esa es la actitud, cariño,” dijo Leticia, abrazándola. “Dale tiempo.”
Más tarde, mientras se preparaban para la cena, Erika subió a su habitación para darse una ducha y cambiarse. La cena fue una deliciosa mezcla de platos locales que Leticia había aprendido a preparar.
Erika y su madre disfrutaron de la comida mientras charlaban sobre el día.
Después de cenar, Erika pasó tiempo con su hermanita Emma. Emma estaba jugando con sus maquillajes de bebés otra vez, pintándose la cara con colores brillantes. Erika tomó su cámara y comenzó a sacar fotos, riéndose de las travesuras de Emma.
“¡Mira, Erika! ¡Soy un montruoo” exclamó Emma, mostrando su rostro lleno de purpurina y lápiz labial.
“Qué susto Emma.” dijo Erika, capturando el momento con su cámara.
Al final del día, mientras Erika se preparaba para dormir, pensó en su experiencia en Arabia hasta ahora. A pesar de la actitud distante de Cris, estaba decidida a seguir adelante y disfrutar de su nueva vida. Sabía que con paciencia y tiempo, las cosas mejorarían.
