Qué serio eres.

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La Conversación Reveladora

Cris estaba sentado en una esquina del patio, pensando en la conversación con Agustín.

Al rato, Agustín decidió volver a la fiesta, dejando su celular en manos de Cris para que lo cargara.

Mientras Cris colocaba el teléfono en el cargador, una llamada entrante apareció en la pantalla. Era de "Eri".

Cris dudó por un momento, pero luego decidió contestar.

—¿Hola?

—¿Agustín? —respondió una voz femenina del otro lado.

—No, soy Cris, un amigo de tu hermano. Agustín está adentro en la fiesta —respondió Cris.

Hubo un momento de silencio antes de que la voz del otro lado hablara de nuevo.

—¿Cris? ¿Cristiano? —preguntó la voz, claramente sorprendida.

—Sí, ¿Erika? —dijo Cris, reconociendo finalmente la voz.

—Sí, soy yo. No esperaba volver a hablar contigo —respondió Erika, su tono mucho más frío de lo que Cris recordaba.

—Ni yo. Pero estoy aquí, y parece que tú también —dijo Cris, sintiendo un nudo en el estómago.

—Bueno, sí. ¿Podrías decirle a Agustín que me llame cuando pueda? —respondió Erika, evitando cualquier charla innecesaria.

—Claro, pero... Erika, ¿cómo has estado? —preguntó Cris, intentando alargar la conversación.

—Bien. Ocupada con la escuela y el deporte. Tú sabes, lo de siempre —dijo Erika, con un tono distante.

—Me alegra saberlo. He pensado mucho en ti desde que te fuiste —dijo Cris, esperando alguna reacción más cálida.

—Bueno, eso ya es cosa del pasado, Cris. Ahora estamos en caminos diferentes —respondió Erika, cortante.

Cris sintió un dolor punzante en el pecho, pero no quiso rendirse tan fácilmente.

—Entiendo, pero... tal vez podríamos hablar en persona, aclarar las cosas —sugirió Cris.

—No creo que sea una buena idea. Ya hemos seguido adelante con nuestras vidas. Además, tengo cosas que hacer. Por favor, dile a Agustín que me llame. Adiós, Cris —dijo Erika, terminando la llamada abruptamente.

Cris se quedó mirando el teléfono, sintiendo el peso de sus palabras. Erika había sido cortante, y era evidente que no quería reabrir heridas del pasado.

Con un suspiro, decidió volver a la fiesta, pero la conversación seguía dando vueltas en su cabeza, dejándolo con una sensación de pérdida y arrepentimiento.

Una Fiesta Inquieta

Cris guardó el celular de Agustín y regresó a la fiesta, pero su mente estaba en otra parte. La breve conversación con Erika lo había dejado inquieto.

Trató de sonreír y disfrutar, pero no podía dejar de pensar en ella.

La Reunión con Agustín

Un rato después, Agustín volvió a encontrarse con Cris.

—¿Todo bien, Cris? Te ves pensativo —comentó Agustín, notando la expresión de su amigo.

—Sí, es solo que... hablé con tu hermana hace un momento. Me llamó al celular —explicó Cris.

Agustín levantó una ceja, curioso.

—¿En serio? ¿Qué dijo?

—Bueno, fue una conversación corta. Quería saber dónde estabas. Parecía... muy cortante —dijo Cris, tratando de sonar casual.

Agustín suspiró.

—Erika ha estado así últimamente. No habla mucho de sus cosas personales. Desde que volvió, ha estado bastante ocupada.

—¿Sabes si... ha mencionado algo sobre mí? —preguntó Cris, intentando sonar despreocupado.

Agustín lo miró con una mezcla de simpatía y seriedad.

—Para ser honesto, no mucho. Creo que ha intentado dejar atrás todo lo que pasó. Pero sé que no fue fácil para ella.

Cris asintió, entendiendo pero sintiéndose más abatido.

Al Día Siguiente

La fiesta terminó y Cris regresó a casa. Pasó la noche pensando en Erika y en la frialdad con la que había respondido.

Al día siguiente, decidió enfocarse en su entrenamiento de fútbol para despejar su mente.

Encuentro Inesperado

Unos días después, mientras estaba en un entrenamiento, Cris notó una figura familiar en las gradas del campo.

Era Erika, acompañada de su hermano Agustín. La sorpresa lo dejó sin aliento.

Después del entrenamiento, se acercó a ellos.

—Hola, Erika. Agustín —saludó, tratando de mantener la compostura.

—Hola, Cris —respondió Agustín con una sonrisa, mientras Erika simplemente asintió, manteniendo su distancia.

—¿Qué te trae por aquí? —preguntó Cris, dirigiéndose principalmente a Erika.

—Agustín quería ver el entrenamiento y pensé en acompañarlo —respondió Erika, su tono neutro.

Cris asintió, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

—Bueno, me alegra que hayas venido. Tal vez podríamos hablar después, si tienes tiempo —sugirió, con esperanza.

Erika miró a Agustín y luego a Cris, antes de responder.

—Podemos intentarlo. Pero no esperes demasiado, Cris. Muchas cosas han cambiado —dijo, su tono más suave pero aún distante.

Cris asintió, sabiendo que sería un camino difícil, pero dispuesto a intentarlo.

El reencuentro con Erika no sería fácil, pero tal vez, solo tal vez, podrían encontrar una manera de sanar las heridas del pasado.

Eres Tú. Ft: Imagina con Cristiano JuniorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora