Cris Jr, Mejor conocido comó el hijo de Cr7, Vive en Arabia, sin pensar que un día llegaría una chica, Quien le cambíaria la vida entera, odiandola y Amandola. Cris no es de muchas palabras, Y menos con gente nueva, pues, su padre le enseño al no co...
En los días siguientes, Cris empezó a prestarme más atención de lo habitual. Una tarde, decidimos ir al parque con algunos amigos.
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Mientras caminábamos, Cris se mantuvo cerca de mí, su presencia constante y protectora.
—¿Quieres un helado? —me preguntó, señalando un carrito cercano.
—Sí, me encantaría. Gracias, Cris —respondí, sintiendo un cosquilleo en el estómago.
Cris compró dos helados y me entregó uno con una sonrisa. Nos sentamos en un banco y comenzamos a comer en silencio, disfrutando del momento.
—Erika, ¿te has dado cuenta de lo bonito que se ve el atardecer hoy? —dijo, mirando hacia el horizonte.
—Sí, es hermoso —respondí, pero no podía evitar notar lo cerca que estaba de mí.
Unos días después, fuimos a un café con algunos amigos. Mientras esperábamos nuestro pedido, Cris se inclinó hacia mí.
—¿Sabías que te ves muy bien hoy? —dijo en un tono juguetón.
—Gracias, Cris. Tú también te ves bien —respondí, sintiendo que mis mejillas se sonrojaban.
—¿Qué haría sin ti, Erika? —bromeó, mirándome fijamente a los ojos.
—Probablemente perderías tus llaves cada día —dije riendo.
—Es cierto. Siempre sabes dónde dejé mis cosas —dijo, riendo también.
Una noche, decidimos ir al cine.
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Nos sentamos juntos y, durante la película, Cris se inclinó hacia mí para susurrar.
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—¿Te está gustando la película? —preguntó, su aliento cálido contra mi oído.
—Sí, es muy buena —respondí, tratando de concentrarme en la pantalla y no en lo cerca que estaba.
Cris sonrió y volvió su atención a la película, pero de vez en cuando, nuestras miradas se encontraban y sentía esas mariposas en el estómago.
Erika sentía comó se ponía nerviosa, Cris estaba siendo muy coquetó, no sabía que era lo que quería en realidad, pensaba en si hubiera la oportunidad de que sintiera algo por ella, pero no sabía la realidad.
OTRO DÍA
La Biblioteca
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Otro día, fuimos a la biblioteca para estudiar. Mientras revisábamos nuestros libros, Cris se inclinó hacia mí nuevamente.
—¿Necesitas ayuda con eso? —preguntó, mirando mis notas.
—Tal vez. ¿Podrías explicarme esto? —respondí, señalando un problema difícil.
Cris se acercó más, nuestros hombros casi tocándose, y comenzó a explicarme el problema.
Sentir su proximidad y escuchar su voz calmada me hacía difícil concentrarme, pero apreciaba su ayuda.
Su comportamiento coqueto y su constante atención me hacían sentir especial. Sabía que algo estaba cambiando entre nosotros, y aunque me daba un poco de miedo, también me emocionaba ver hacia dónde nos llevaría, capaz a una relación.
