CAPITULO VII

12 3 0
                                    

Que fuese una persona tímida, no quería decir que no tuviera sentimientos. Aunque a veces me habían comparado a cosas como una piedra, por lo de permanecer completamente inerte ante situaciones que suelen conllevar reacciones algo más estruendosas.

Yo simplemente me quedaba ahí parado, observando. Ya dejaría aflorar mis sentimientos cuando estuviera solo, en un sitio seguro. Que obviamente no era mi casa.

El caso es que, tenía a Hyujin encima de mí. No os voy a mentir. Había llegado a soñar con ella en varias ocasiones desde que la vi por primera vez, aunque nunca llegué a soñar exactamente aquello, pero digamos que sí que había podido fantasear un poco.

No, no había fantaseado con tenerla encima. Más bien, lo hacía con cosas tan simples como poder llevarla a fotografiar los rincones más escondidos de Nueva York, enseñarle la cantidad de cosas que me hacía escribir cada vez que pensaba en ella, y tal vez sí que pensaba a veces en cómo sería agarrar sus manos.

¿Estarían suaves? ¿Serían frías?

No tuve que esperar mucho para responder a aquellas dos preguntas, porque tuve que usar las pocas fuerzas que me quedaban para tirar de ella hasta mí, impidiendo que le atropellara aquella bici. Gracias, señora de melena blanca, que decidió que era un buen día para casi atropellar a la chica que me hacía tartamudear cada maldita palabra que intentaba sacar de mi boca.

Y allí estábamos. Como dos salmones fuera del agua a punto de morir, con su último aliento en la boca y sin poder moverse. Pero mi último aliento estaba escondido en algún rincón de mi garganta, porque no quería salir. Mis ojos miraron a los suyos, casi como suplicando que no se acabara nunca aquella escena romántica del nuevo dorama de Netflix. Pero cuando creí que se cumpliría una de aquellas fantasías en las que había estado pensando, lo que podría haber sido la lengua de Hyujin en algún multiverso, era en ese la lengua de Nikon chupando mi cara. Para después chupar la de ella, haciendo que ambos nos recompusiéramos de aquel no tan trágico accidente.

Nos pusimos de pie como pudimos, haciéndolo ella primero para luego tenderme una mano. Mano con la que soñé durante los días siguientes a ese. Porque eran las manos más suaves que había tocado nunca. Aunque tampoco es que estuviera todos los días tocando manos para poder saberlo, a decir verdad.

- ¿Te encuentras bien? - Dijo ella preocupada.

- Sí, no te preocupes, he sufrido dolores peores que una simple caída. - Intenté de verdad que aquella frase no sonara tan dramática y que no diera pie a que pudiera sobre pensar cosas. Pero me miró con el ceño fruncido, como queriendo saber a qué me estaba refiriendo exactamente.

- Creo que... Debería de volver a casa. - Yo simplemente me agaché para coger a Nikon, que se revolvía para intentar lavarme la cara por completo y me incorporé mirando a Hyujin, que se quedó pensativa para finalmente hablar de nuevo. - ¿Puedo preguntarte algo?

Tres palabras. Puedo, del verbo poder. Que por poder podía hacer conmigo lo que quisiera. Preguntarte. Del verbo preguntar. Que dependiendo de cuál fuera la pregunta, podría provocarme un fallo multiorgásmico. Algo. Algo era muy genérico. Algo podía ser desde un canguro hasta una ardilla voladora. Yo mismo ya era "algo".

Asentí curioso por saber su pregunta.

- ¿Por qué tienes siempre esa aura de misterio que se aleja tanto de la realidad? Cuando es más que evidente que, esto... - Dijo haciendo varios círculos con su mano delante de mí. - No eres tú de verdad. Perdón por preguntarte eso sin conocerte de prácticamente nada, pero, soy algo curiosa.

Vale, no me lo esperaba.

Podría decir incluso que me esperaba antes que me pidiera volver a quedar. De hecho, me esperaba antes que me preguntara si podía presentarle a mi amigo Ryan, y eso que no lo conocía de nada. Pero aquella pregunta me dejó un poco descolocado. Y normalmente yo aquel termino no lo solía llevar muy bien, porque más que descolocado, solía ir colocado. Y ver a alguien desconocido interesándose por mí, me pillaba un poco nuevo.

COLORS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora