Entré rápido a mi cuarto para ponerme ropa cómoda. Cuando volví a la sala, el peli-negro ya se había quitado el suéter, y hurgaba en mi nevera.
— Deivitrich podría atraparnos. ¿Qué crees que pensaría tu noviecito si te ve a solas con tú jefe todo apuesto que tienes?— dijo, sacando dos cervezas de mi pequeña y humilde nevera. Mordió la tapa de la corona(cerveza) abriéndola e escupiendo la tapa por alguna parte.
— Y tú vas a limpiar?— ironicé, aceptando la bebida.
Sonrió.
— Kaesar no tiene llaves. —
— ¿No viven juntos? Y cuantos tiempo llevan saliendo?— le di un sorbo a la botella en mis manos, mientras me acomodaba en mi sofá.
— No.. Y tres años. Él viene de vez en cuando —
— Y me imagino que nunca has estado en su casa— obvió, pasando por mi campo de visión.
Lo miré mal.
Tenía razón. Nunca he ido a algún lugar donde mi ahora EX-novio llame "hogar".
Que estúpida me siento. Fui una tonta. Todo estaba más claro que el agua.
— ¿Tienes algo para ver?— pregunta una vez agarró el control del televisor en sus manos.
— Bueno.. En ese cajón hay CDs
— Mierda, Vera. No te pago tan poco. — dijo indignado, rebuscando alguna película. — Para el colmo pura porquería de películas que tienes aquí —
— Ya deja de criticarme. — chillé arrojándole una pequeña almohada de decoración. — Si encuentras "Cómo perder a un hombre en diez días" ponla. Indiscutiblemente es mi favorita.—
Él no me respondió, cuando la encontró, la puso dentro del DVD, buscó el canal para verla y se acomodó a mi lado.
Recordé el anillo que tengo puesto en el dedo.
Debe costar mucho.
— A donde va tú dinero? No sabía que vivías en una miseria. Si me lo decías te subía el sueldo.—
— Mayoría de mi dinero se lo envío a mi tía. No puede trabajar, así que la ayudo con lo que puedo. — admití. Él no dijo nada.
Me atreví a cortar la poca distancia que había entre ambos, apoyando mi cabeza en su brazo descubierto.
— Quita tú pobre-literalmente hablando, existencia de mi.— comenzó a menearse para que yo me saliera. Pero eso solo hizo que me aferrara a su brazo con los míos y sin despegar mi cara. Su piel estaba calientita.
— Déjame aquí solo un rato. Vamos, apuesto que ni sientes que estoy pegada a ti —
Cogí su silencio cómo que estaba de acuerdo en dejarme estar aferrada a él.
Eso me hizo sonreír.
— No eres taan malo después de todo- su mano impactó contra mi cara, empujándome lejos de él.
— Quítate, pobre —
Maniobré para que mi cerveza no se virará por culpa de este estúpido desconsiderado.
— ¡Retiró lo dicho! Ya! ¡Estúpido!— logré zafarme. Nos quedamos fulminando al otro por varios segundos, y porqué soy Marlowe, volví a rodear mis brazos al de él.
Habían pasado varios minutos. Y mis ojos no podían aguantar menos el cansancio. Me sentía tan a gusto que me entró el sueño.
♗
ESTÁS LEYENDO
Contrato con cadenas
ActionVera trabaja demasiado duro.(Petición de la misma Vera Marlowe) ¿Que harías si en un bar con tu mejor amiga te enteras que la persona con la cual saliste estos últimos tres años te es infiel y en realidad está apunto de casarse con otra mujer? Tal...