Capítulo 5

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Un día de entrenamiento

Ya habían pasado tres días desde que Pao se adueñó por completo de mi vida, ahora soy como una hija para ella, pero no quiero eso. Amo a mi hermana, pero eso es lo que es. Mi Hermana. No una madre a la que tengo que obedecer, bueno eso sí porque claramente yo soy su responsabilidad y entiendo lo que hace, pero ya se está pasando.

-Roxane, comete todos los vegetales.

Es como si otra vez viviera con mamá a los 16 antes de irse con su esposo. Sí, desde ahí viví con mi padre por dos años y después pude mudarme sola con ayuda de Paola.

-Recuerda que ya soy mayor, mayor -hago énfasis. -además, no me gustan los vegetales.

Paola, que no necesita abrir la boca para decirme algo, me mira y no puedo evitar hacer lo que me diga. Desde muy pequeña Paola siempre me ha cuidado, algunas veces de manera vivida y otras de maneras muy discretas y silenciosas. Por eso la quiero.

-Sabes que lo estamos haciendo por tu bien, -dice Pao tomando un vaso y llenándolo de agua para ponerlo en la mesa -espero ver ese plato vacío.

-Gracias... -dije en voz baja.

Aunque todo lo que esté pasando en mi vida sea totalmente un desastre, puedo decir que sí estoy agradecida.

-Sabes que siempre estaremos para ti Roxy -Agrega Meison bajando de las escaleras arreglándose la corbata para ir a su trabajo.

Paola sale de la cocina y va hacia Meison.

-Amor, ¿Le pusiste a Mozart, cierto? -Pregunta dudosamente.

¿Mozart? Me pregunté sin poder creerlo.

Acaso Paola cree que escuchando Mozart Dante va a ser un niño Genio o que mágicamente sus poderes van a salir y combatirá contra los malos.

-Claro, no te preocupes el duerme tranquilo. -Toma su maletín, le da un beso a Pao y va hacia la puerta principal. -Hasta luego Roxy.

Me despido sonriéndole.

-¿Es en serio?

Mi pregunta hace que Paola me mire con cierta duda. En serio no podía creer que con melodías, que por cierto son hermosas, su hijo sea más inteligente.

-¿Qué? -Pregunta sentándose frente a mi.

-Mozart.

Ella ríe y niega con la cabeza.

El teléfono suena y Pao va rápidamente a responderlo. Mientras yo sigo comiendo mis Vegetales. Me puse a pensar en Nicolás, tan solo recordar su mirada y sentir esa sensación en el pecho hace que me estremezca y ahora que lo pienso, quisiera ir a la cancha para ver si está ahí. Aunque, creo que a esta hora no estaría allá. Bueno a menos que sea obsesionado y se levante a las cuatro de la mañana para ir a entrenar, lo cuál hace que sea más atractivo.

-Roxy.-Habla Pao tapando con su mano la parte inferior del teléfono. -Termina rápido, tenemos que ir a la cancha.

¿Qué?

Mi hermana cuelga y sube las escaleras, trato de tragarme lo que me queda de una y llevo el plato a la cocina para lavarlo. Termino y voy hacia mi habitación, sí tengo una habitación en la casa de mi hermana, y a decir verdad, es diez veces mejor que en la que vivía antes. Paola sale de la habitación de Dante con el en sus brazos, tal vez lo va a dejar con Elena, la madre de Meison.

Querido Nicolás Donde viven las historias. Descúbrelo ahora