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Mientras Beverly y los demás hablaban con la Señora Uris, Richie y Jane se encontraban más alejados.

— Y.... ¿te casaste?

— No, no hay nadie. ¿Tú?

— Tampoco.

Se sumergieron en un silencio en el que Tozier solo la observaba.

— ¿Qué? —preguntó ella mientras reía un poco.

— Sigues igual de hermosa.

Jane sonrió y se acercó más a él, tenía que levantar la cabeza para verlo a los ojos.

— Y tú sigues igual de feo, pero, aun así, me gustas —dejó leves caricias en su brazo, provocando que a Richie le diera un escalofrío.

— ¿Ahora tú eres la que coquetea? —levantó una ceja.

— Aprendí del mejor.

Los dos se sonrieron.

— Siempre me encantaron tus labios, tan rosas, tan gruesos.

Jane miraba sus labios, haciendo que Richie sintiera su estómago revolver.

Ella sonrió más al darse cuenta de lo que le causaba.

— ¿Te pongo nervioso, gafotas?

Richie abrió la boca para decir algo, pero no lo logró.

— ¡Chicos! —los llamó Ben haciendo que se separaran.

Se acercaron a los demás.

— ¿Qué pasó? —preguntó Richie al ver a Beverly llorar.

— Stanley se suicidó.

Jane comenzó a sentir su corazón latir con fuerza.

Stanley, su amigo, había muerto.

Ella no lo había vuelto a ver desde su boda. Él la invitó, se sorprendió al saber que se casaba.

Hizo todo lo posible para ir.

Llegó un poco tarde, solo pudo escuchar sus votos. Jane al ver que Stanley seguía igual, sonrió con melancolía.

Cuando terminó la cena, se acercó a ellos.

— ¡Felicidades!

Patty casi se atraganta con lo que estaba comiendo.

— ¿Jane Crawford?...

— ¡Jane! Que alegría que hayas venido —Stan se levantó de su asiento y fue a abrazar a su amiga.

Duraron un buen rato abrazados, ambos recordando el pasado.

Jane se separó de él y miró a la novia.

— Tú debes ser Patty, encantada —le tendió su mano.

Ella dudó un poco, cuando ambos estaban abrazados no pudo evitar sentir celos, pero terminó aceptando al ver la cara de felicidad de su esposo.

— ¿Ya saben en donde pasarán su luna de miel?

Ambos se miraron extrañados.

— Nosotros iremos hasta el próximo año, el gasto de la boda fue mucho y—

— No se diga más, ¿adónde les gustaría ir? Me han contado que Los Cabos es una buena opción, o quizás Cancún.

— Queríamos ir a Texas, tengo familia ahí —respondió Patty.

Jane negó mientras sonreía.

— No, yo les pregunto: ¿ustedes adónde les gustaría ir? que estén solos. Ya saben... —levantó sus cejas repetidas veces.

Patty se cubrió su cara con sus manos sonrojada y Stan estaba pálido.

— Cancún se oye bien...

— Bien, entonces... —de su bolso sacó unos boletos de avión— tengan, no sabía que regalarles, pero me enteré de que no iban a tener luna de miel y debía de hacer algo al respecto.

— Jane, no es necesario...

Patty saltó de su lugar y abrazó muy fuerte a la chica.

— ¡Muchas, muchas gracias, Jane!

Una lágrima resbaló por la mejilla de la rubia. Se cruzó de brazos e intentó pensar en otra cosa que no fueran recuerdos con Stan.

Sintió como unos brazos la abrazaban y al voltear se encontró con los ojos azules de Bill.

— Está bien, Jane —acarició su hombro.

La chica se dejó abrazar, ambos sabían cuánto dolía.

Sin percatarse de que unos ojos en la oscuridad la observaban atentamente, viendo cada movimiento que hacía.


Al

Dear God 2 ─── It [Eso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora