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— Eddie —murmuré al verlo recostado en la roca.

— Jane —de su boca brotaba sangre.

— ¿Qué te—

No pude terminar la frase al ver su estómago, sus entrañas. Tomó mi mano.

— Te extrañé —sonrió—, ¿eso es sangre?

Tocó mi mejilla, busqué a los perdedores con la mirada.

— Casi lo mato, Jane. Tenías razón, todos tenemos miedo, pero es normal. Te quiero mucho, aunque no te consideres, eres la mejor perdedora.

Varias lágrimas caían por mi mejilla al ver como iba dejando de respirar y su mano se iba poniendo más fría.

— ¡Eddie!

— ¡Jane!

— Eddie, amigo, acabamos con Pennywise —Richie sonrió.

— ¿Eddie?

Todos comenzaron a llorar. Comencé a sentir algo en la garganta, ahogándome. Tosí en mi mano dejando residuos de sangre.

— ¡Jane, oh por Dios! —Ben se arrodilló frente mío.

— ¿Qué te pasó?

Bill me recargó en su pecho y Beverly levantó mi camiseta.

— Carajo.

Gemí al sentir sus fríos dedos tocar mi piel.

— Esto es... ¿un disparo?

Mis ojos comenzaron a pesarme.

— No, no, no, Jane. Por favor, no tú —Richie se acercó a mí.

Volví a toser, delicadamente tomé el teléfono de Roman y lo metí en su chaqueta.

Todo comenzó a temblar.

— Deben irse —dije en un hilo de voz.

— ¿Quién te hizo esto?

Algunos pedazos de roca comenzaron a caerse.

— Los quiero mucho, solo, por favor, váyanse.

Con las últimas fuerzas que me sobraban, me alejé de Bill y me coloqué a un lado de Eddie mientras tomaba su mano.

— Han sido las mejores personas que he conocido, perdedores.

Todos me sonrieron con tristeza, Beverly comenzó a llorar.

El dolor es lo primero que siento. Es un dolor agudo, como un fuego que arde en mi pecho y se extiende por todo mi cuerpo. Intenté respirar, pero el aire no llegaba, cada esfuerzo es como intentar inhalar a través de un paño mojado. La sangre brotaba de mi herida, caliente y espesa, empapando mi ropa. Miré a mi alrededor, todo se vuelve borroso y confuso, las caras conocidas se mezclan con sombras indistintas.

El frío del suelo se siente casi reconfortante en contraste con el ardor que me consume. Mis manos se aferraron desesperadamente a la herida, pero sé que es inútil. Siento cómo la vida se escapa de mí, cada latido de mi corazón es más débil que el anterior.

El ruido a mi alrededor empieza a desvanecerse. Las voces se vuelven murmullos lejanos, y el mundo empieza a oscurecerse. Un pensamiento atraviesa mi mente: ¿Es así como termina? ¿Todo lo que he hecho, todo lo que he sido, se reduce a este momento de agonía y desesperación?

Intenté recordar un momento de felicidad, un rostro amado, algo que me mantenga aferrado a la vida. Pero incluso esos recuerdos se disuelven en la penumbra que me envuelve. Mis ojos se cierran, y una paz extraña comienza a instalarse. El dolor se atenúa, el miedo se disipa, y todo lo que queda es una sensación de quietud.

Respiré por última vez, una exhalación que parece durar una eternidad. Luego, todo se apaga. La oscuridad me envuelve por completo, y finalmente, dejé de luchar. Me dejo llevar, aceptando el final.

FIN.

Dear God 2 ─── It [Eso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora