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— Stanley —Beverly prendió un cigarro—. Pennywise lo supo antes que nosotros.

— Hay que acabarlo, tengo un plan.

— Yo tengo un plan, largarnos antes de que acabe peor que uno de los libros de Bill. ¿Quién está conmigo? —Richie y Eddie levantaron la mano.

— Hicimos una promesa —intervino Mike.

— Entonces hay que olvidar la promesa.

— Seguirá muriendo gente.

—¡Ay, las personas mueren a diario, amigo! ¡No le debemos nada a este lugar! Acabo de recordar que crecí aquí hace como dos horas —levantó sus dedos—. Así que, al demonio con esto. Yo me largo.

Tozier dio media vuelta y se dirigió a su auto, seguido de Eddie.

— Coño.... —susurró la rubia al ver a unos cuantos periodistas buscándola.

Trató de esconderse tras Ben, pero fue demasiado tarde.

— ¡Ahí está!

— ¡Vamos!

— Jane, ¿¡qué estás haciendo aquí!?

Es lo que alcanzaba a oír mientras rápidamente se colocaba los lentes de sol y la capucha.

Al darse cuenta de que si no se iba de ahí sus amigos sufrirían el flash de las cámaras; decidió irse hacia otro lado y quitarse los lentes y la gorra.

Esperó disimuladamente a los fotógrafos y fue hacia su auto a paso lento para las cámaras, rodeó completamente a los perdedores.

Estaba lista para las preguntas impertinentes mientras se subía a su Bentley Motors Limited color negro.

— Jane, te vieron salir del mismo cuarto de Chris Pine, sabemos que ustedes han sido amigos desde siempre. ¿Pasó algo más?

— ¿Te acuestas con Chris Pine, Jane?

— ¿Sabes algo sobre la próxima temporada de Grey's Anatomy?

— ¿Qué estás haciendo aquí? En un pueblo tan olvidado.

— Nació aquí, estúpido.

Fue lo último que escuchó al cerrar la puerta y arrancar.

Les dedicó una sonrisa como despedida.

(...)

Se estacionó afuera de The Derry Town House y tiró de la visera solar. Miró su reflejo en el espejo, estaba devastada.

Sacó una algunos opiáceos de su bolso, tomó una caja de hierro y su tarjeta, trituró la pastilla y la inhaló fuertemente.

Al instante sintió la droga recorrer por sus venas, volvió a mirarse en el espejo y sonrió, se humedeció los labios.

Su humor había cambiado drásticamente, ahora no se sentía culpable, no sentía nada.

Esperó para disfrutar lo que le provocaban los opiáceos, le gustaba esa sensación. A lo lejos pudo ver a Mike y Bill.

Cuando los efectos pasaron, tomó el último sorbo de Bud Light y salió.

Ambos hombres se sobresaltaron al escuchar sus pasos.

— ¿Te vas? —preguntó Mike.

— No, aún no.

Los tres entraron y escucharon la conversación de los demás.

— He visto a cada uno de nosotros y es.... —la voz temblorosa de Beverly resonó por todo el cuarto.

— Cada uno de nosotros, ¿qué? —Bill se acercó a ella mientras que Jane se recargaba en el marco de la puerta con los brazos cruzados.

— Acabaremos como Stanley terminó, Bill. Es nuestro destino.

— ¿Y cómo es que el resto de nosotros no vemos eso? ¿qué la hace tan diferente?

— Luces de la muerte.

— Luces de la muerte....

Todos se perdieron en sus pensamientos y recuerdos, menos Jane, esta se dirigió al bar y tomó la primera botella que encontró.

— Fue la única atraída a las luces de la muerte ese día.

— Todos fuimos tocados por Eso. Cambiados, desde la raíz. Es como una infección o un virus. Tú lo entiendes —le dijo a Eddie, él se alejó de Mike agobiado y se colocó al lado de Jane—. Crecen lentamente. Ese virus ha estado creciendo durante 27 años. Todo este tiempo metastatizando. Destruyó a Stan primero, porque....

— Era el débil.

— Sa-a-anto Dios, Rich.

— Solo digo lo que todos piensan.

— Rich, por favor.

— Lo que Beverly ve, llegará a pasar. Nos pasará a todos en algún momento—

— Todos moriremos, Mike, ¿de qué serviría? —habló por primera vez la rubia.

— ¿Cómo lo vamos a hacerlo?

— El ritual de Chüd. Los shokopiwah, los primeros en enfrentarlo. Tienen un dicho. "Todo ser vivo debe obedecer las leyes de la forma que habita".

— ¿Un ritual tribal? —río— ¿Esto es una maldita broma? Tiene que haber otra solución, esta cosa vuelve ¿qué? ¿Cada 27 años? Pues hay que esperar hasta entonces.

— Tendremos 70 años, idiota.

Richie se sentó al lado de Jane, los dos se miraron y ella le pasó la botella de tequila que tenía.

— No funciona así. Ninguno de nosotros vivirá otros 20 años y como pasa....

Tozier tomó un trago.

— Entonces si no vencemos a eso en este ciclo....

— Morimos.

— De forma horrible.

— Sí, no necesito que me lo repitas.

— Yo no lo dije. Fue ella. Yo no.

— Chicos, oigan, he visto de lo que está hablando y t-t-t-todo eso es cierto. Es la única solución. Si queremos que el ritual funcione....

— Tenemos que recordar.

La rubia se sirvió más tequila y volvió a tomar, no quería recordar de su historia en Derry.

— ¿Recordar qué?


Al

Dear God 2 ─── It [Eso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora