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Su madre y su hermana murieron el mismo día, tras oír la noticia de que su abuelo había muerto; a sus muertes le siguio la de Aegon asesinado por Aemond.

El funeral de su madre fue bastante duro para Jacaerys y el, ambos tenían que proteger a sus otros hermanos menores, Daemon se había desaparecido tras saber la noticia, dejándolos solos en Dragonstone.

Jacaerys estuvo al cuidado de la fortaleza mientras que Lucerys se encargaba de sus hermanos y la asistencia del castillo.
Tras una semana de ausencia Daemon regreso, ambos hermanos estaban felices, pues dejarían de estar solos al mando de todo, tenían miedo de que Aemond viniera por ellos y se encargará de alguna amenaza a la línea del trono.

Lucerys fue el primero en recibir a su padre, sus feromonas cambiaron el olor agrio a su dulce olor de siempre, regresaba de volar pues llevaba su armadura de montura y traía consigo una carta sellada con el símbolo Targaryen, al entrar al salón Jacaerys ya estaba sentado en la gran mesa.

-¿Dónde estabas?-

El olor de su hermano se habia intensificado denotando cierta amenaza para el recien llegado, Daemon le sonrió de lado y se acercó para alborotar su cabello.

-¿Y el respeto hacia a tu padre? Una semana basto para que se perdiera-

Lucerys estaba en una esquina, había extrañado a Daemon, padre o no biológico, el era la figura que lo abrazaba en sus noches de pesadillas, los entrenaba a él y les enseña de historia junto con Baela y Rhaena.
Ambas habían sido llevadas con su abuela Rhaenys, ella había enviado un cuervo a Jacaerys con aquella petición y el había accedido, pues sus primas no eran una amenaza para el trono, en cambio ellos si lo eran.

Las feromonas en el salón eran distinguibles, miedo por parte de el, ira por parte de su hermano, y confort en las de Daemon.

-TE FUISTE CUANDO NUESTRA MADRE MURIO, NOS ABANDONASTE-

Jacaerys se había soltado del agarre de Daemon y le había hecho frente, Daemon lo tomo del hombro y dirigió su mirada a Lucerys.

-Tenia que encargarme de que ambos sobrevivan, e logrado evitar que nuestras cabezas estén en una lanza-

Le tendio la carta a Jacaerys y camino en dirección a Lucerys, pudo ver la cara de su hermano con cierto temor y su olor cambió a uno de preocupación.

Daemon se había puesto enfrente de el, Lucerys lo miró a los ojos, lo tomó de ambos hombros.

-Cae en ti la vida mía y de tus hermanos Lucerys, ahora tienes una gran responsabilidad y un compromiso de la memoria de tu madre, pondrás en alto su nombre y a la dinastía-

Daemon se alejo de la sala, Lucerys miró a su hermano, queriendo saber a que se refería con ello, Jacaerys lo miro con tristeza.

-Estas comprometido con Aemond, un acuerdo matrimonial solicitado por el consejo, mañana volamos a Kings Landing-

Al oír la noticia una ola de miedo y enojo lleno a Lucerys.

-¿EL SE FUE PARA COMPROMETERME CON ESE TRAIDOR?-

Jacaerys lo abrazo con fuerza.

-Aemond y el consejo lo propusieron, si no es un matrimonio contigo será una caza a toda posible amenaza al trono-

-PARA TI ES FACIL, ERES UN ALFA TU DECIDES CON QUIEN TE CASAS, A MI ME OBLIGAN-

Jacaerys comenzó a acariciarle la espalda y soltar sus feromonas para hacer que se tranquilizara.

-Luke, si te hace algo, yo mismo cortaré su cuello-

Lucerys había comenzado a sollozar en el hombro de su hermano.

-Ya aceptaste el matrimonio-

Jacaerys estaba de acuerdo con aquel matrimonio al igual que Daemon. Lucerys no tenia opción, al presentarse como omega su madre fue la más feliz, a diferencia de todos el era el único, Daemon era gamma, Rhaenyra era alfa y su hermano también, eso había hecho feliz a su madre pues Lucerys siempre iba a poder ser consentido, todos le tenían un cariño especial.

Pero también el ser omega le traía un rechazo terrible hacia a el mismo, lo verían como un débil, un sumiso que con sólo oír la voz de un alfa seguria sus órdenes, su olor tampoco era de su agrado, Jace le había dicho que olía a "Pay de limón con extra azúcar", una tontería, lo que pudo interpretar de eso era que posiblemente fuera muy dulce con un toque cítrico.

Dejo a su hermano en el salón y se dirigió con Arrax, se puso su ropa para montar y salió a volar con el.

Jacaerys por otra parte entro a la habitación donde Rhaenyra y Daemon dormían, su padre estaba en la cama, con uno de los vestidos de su madre, tenía una copa de vino en su mano y claramente ya empezaba a sentir la ebriedad.

-¿Por qué lo hiciste?-

Jacaerys se había sentado en la silla enfrente de la cama.

-Velaba por su bienestar, Rhaenyra desearía eso-

-Confabulaste con Aemond, ¿no es así?-
Daemon se río.

-Yo no aceptaría que ninguno mate a su hermano, ese insolente actuó solo, tras oír la noticia de la muerte de tu madre salí a Kings Landing, iba a matar a la puta de Alicent Hightower y a toda su familia-

-¿Qué pasó?-

-El idiota de Aemond dejó a su hermano ser rey por un día y lo asesino en sus aposentos, encerró a su madre en la habitación e hizo una caecería, al llegar lo encontré en la trono con la corona del conquistador en su cabeza, mientras limpiaba su espada-

-¿Y como llego eso a un compromiso con Luke?-

-"No tienes que arrodillarte tío, unos dias aquí y probaré tu lealtad a cambio dejaré que le hagas lo que quieras a mi madre y abuelo, pero la vida se paga con vida, un omega para tener hijos seria el precio adecuado" esas fueron sus palabras-

Daemon se levanto de la cama, aún con el vestido de Rhaenyra en sus manos, se acercó al balcón y tiro el vestido a la nada.

-Me dio un lugar en su consejo, y propuso un matrimonio con Lucerys a cambio de perdonarle la vida a todos ustedes, el hijo que Lucerys tenga será descendiente de ella, Issa gevives Nyra
tendrá su sangre sentada en el trono-

Jacaerys volteo a la dirección de su tío.

-¿Y porqué no pelear por tu reclamo?-
Daemon sonrio de lado.

-Ellos le juraron lealtad a ella, ella es la causa en persona, solo por ella valdría la pena pelear-

Jacaerys salió y se dirigió a su habitación, mañana sería un día difícil para todos.

Lucerys regreso por la noche, todo el mundo ya estaría dormido, fue a la habitación donde las nodrizas cuidaban a sus hermanos más pequeños, Joffrey ya tenía su propia habitación pero Aegon y Viserys no.

Se acercó a las cunas y acaricio los mechones de ambos, el pelo platinado blanco los hacia lucir como su madre, si Jace y el hubieran nacido así se les dejaría de acusar como bastardos, principalmente por la familia de la reina.

Ahora ya no estaba su madre para protegerlos, nadie defendería su casta ni a sus hermanos, Daemon lo había vendido al traidor, tenía miedo que Joffrey fuera omega como el, era lindo y adorable como el lo fue, no quería que lo tratarán como una moneda de intercambio ni mucho menos un vientre para asegurar una alianza.

Si su matrimonio con Aemond aseguraba una vida que su madre deseaba para todos, cumpliría con el deber, solo por su madre y sus hermanos, viviría en el infierno.

Fue a la habitación de Joffrey y se acostó con el, cuando el menor tenia alguna pesadilla siempre iba a la habitación de Lucerys, pero ahora era el, el que buscaba refugiarse de la pesadilla.

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