Sentia el frio golpearle las mejillas, la nieve caía en cada galope que el caballo daba, cabalgaba con tanta prisa para llegar al arbol, necesitaba con urgencia saber que estaba bien, que estaba vivo y que todo lo que había oido era un simple rumor.
La noticia de que Lucerys llego al norte le emocionó, estaba preocupado por los rumores pero era mas la urgencia de comprobar su bienestar lo que alimentaba su deseo de llegar a Winterfell, habia estado ausente de su propio hogar y saber que encontraria al omega ahí lo hacia feliz.
Rumores desde Kings Landing sobre que el Rey Aemond había llevado a su esposo a la ciudad, para abandonarlo en pleno celo habían llegado hasta el norte, lo que más le preocupó era lo que origino los rumores; al parecer el omega había salido de un lugar desconocido en la calle en camisón con notorias manchas de sangre en la parte baja, manchado de lodo y sangre.
La distancia distorsionaba la información, por lo que el alfa pensaba en que era verdadad y que no; esperaba ansioso la visita de Lucerys pero no llego, un mes, dos meses ya habían pasado desde la visita programada, Cregan había decidido regresar al muro, atender las necesidades de sus hombres y acompañarlos en las frías noches que vendrían.
Estaba discutiendo con uno de los vigilantes, cuando un mensajero con el emblema Targaryen llegó, esperaba que le entregará alguna carta disculpándose por la ausencia del omega pero le trajo lo que más deseaba y era la noticia de que el omega pisaba ahora sus tierras.
Desde que conoció a Lucerys perdió todo rastro de consciencia posible, el día de su boda se enamoró de su belleza, pero gracias a las primeras visitas y el pasar tiempo juntos lo hizo perderse en el, era calido, inteligente e independiente.
Cada que llegaba lo anhelaba, se limitadaba a adorarlo de lejos y disfrutar de su compañia, Cregan lo veía por lo que era, una dulce persona y el omega mas valiente y fuerte que allá visto.
Llegó hasta la entrada del castillo, camino con prisa a dónde el estaba, lucía realmente hermoso, llevaba un traje negro de cuero con pelaje, pero lo que mas le llamo la atención era una ligera protuberancia que se veia por sobre la ropa, justo en el estómago junto con un olor similar que recordo, hace dos años en su primera visita.
Con cautela el alfa se acercó, quedando frente a el, Lucerys lo miro a lo ojos y le sonrío.
-Su majestad, que alegria tenerlo aqui-
Estaba al igual que un perro viendo a su dueño, si lo fuera moveria la cola y saltaria alrededor del omega.-¿Creí que habiamos dejado las formalidades Cregan?-
-El verte aqui pareciera una ilusion, debo ser respetuoso si los dioses me la han otorgado-
Lucerys se acerco a el y lo abrazó, necesitaba tanto de esa calidez, el alfa no dudo en corresponderle, acarició la espalda del mas bajo mientras este se recargaba en su pecho, iba apretarlo mas hacia el cuando sintió el bulto.
Cregan bajo con delicadeza sus manos hacia la cintura del omega y con mucho cuidado lo separo de el, asustado Lucerys lo miro, el alto deslizó una de sus manos al vientre ajeno, intentando decifrar sus sospechas, el menor lo noto.
-Estoy en cinta-
Con mas cautela el alfa apoyo ambas manos sobre el, el omega no se quejo sobre su toque, al contrario llevo sus manos a las contrairias y le sonrio.Una duda se generaba en el mayor, quería hacer la pregunta, ante eso el omega le asintio como si le diera permiso.-¿Es de Aemond?-
Luke se quedo callado por unos minutos para luego agachar la cabeza, al sentirse culpable de ello Cregan llevo una de sus manos al rostro de Lucerys y con el pulgar comenzo a limpiar las lagrimas que se comenzaban a asomarse mientras aun sostenia con la otra su vientre.-¿Es cierto lo que el te hizo?¿a donde te llevo?-

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Love and Dynasty
RandomUna dinastía regida por diferentes tipos de amor, un consuelo único, una cadena consensuada y ante todo dos dragones que se pertenecen. Un matrimonio arreglado entre el Rey Aemond y el príncipe Lucerys, alfa y omega con deseos diferentes.