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Le era imposible pensar que Aemond fuera bueno o que tuviera una pizca de simpatía por alguien, no cuando disfrutaba del poder que obtenía, no cuando caminaba a través del camino de espadas que se alzaban para el con orgullo y descaro.

Subió las escaleras con su vista fija en Alicent, ella simplemente se acercó a abrazarlo y darle un beso en la mejilla.

Lucerys en cambio tenía la vista fija en el suelo, se sentía humillado y profanado, como si dejara de pertenecerse a si mismo, llevaba una capa larga de color negra, tenía los bordados de la casa Targaryen en hilo rojo, bajo ella había un traje negro con dorado; Alicent lo había obligado a vestirse.

Sintió la mirada ladina de Aemond cuando se arrodillo, volteo a verlo y ahí estaba, apuntó de ser coronado como rey, "Que el guerrero le de dé valentía" el reino estaría a sus pies, "Que el padre lo defienda en su necesidad" sus órdenes serían ley, "Que la anciana levanté su brillante lámpara e ilumine su camino a la sabiduría" nadie se opondría a el.

Daemon tomo la corona de Aegon el conquistador, la alzó y aclamo su nombre, la puso sobre su cabeza mientras miraba a Lucerys.-Aemond Targaryen es quien ahora se sienta en el trono de hierro.-

El alfa se levantó, miro fijamente a Daemon, el gamma inclino la cabeza y asintió, después miro a su madre y hermana quienes se arrodillaron y finalmente lo vio a el.

Lucerys se inclino.-!Salve su majestad, Aemond de la casa Targaryen!- Gritos y vitoreos se escucharon.

Alicent tomó al omega y lo llevo a su lado, Lucerys sonrió ante la multitud y se quedó a lado de su esposo.-Un reinado de verdadera sangre Targaryen.-

Un festejo en los jardines de la Fortaleza se celebraba por el nuevo reinado de Aemond, similar a su boda, las personas bebían y comían, mientras el se limitaba a observar, Lucerys se había levantado a dar un paseo con sus hermanos y Daemon, sus ropas eran más holgadas, un vestido azul cielo con toques en plata suelto de todas partes era usado por el Omega.

Estaban alejados de la vista del alfa, el omega a corría y perseguía a sus hermanos más pequeños mientras que Jacaerys y Daemon lo observaban.

Joffrey se abalanzó sobre el y lo tiro sobre el pasto con flores, el Omega lo abrazo y lo beso en la cabeza.-Te extrañare.- Eran las primeras palabras que su hermano pequeño le dirigía.-Yo más a ti.-

Por una semana estaría encerrado con Aemond, hasta que el calor se aliviará, en ese período la mayoría de sus hermanos se irían, solo Jacaerys y Daemon estarían presentes cuando finalmente la unión se diera por hecha.

Con cuidado ambos se levantaron y alcanzaron al resto de la familia.-Hemos realizado acciones para que ese tuerto no te tenga encerrado.- Daemon fue el primero en hablar.- Irás a Winterfell y a Driftmark en varias ocasiones.-

-Podrás visitarme en Dragonstone cuando lo desees.-su hermano le dijo con una sonrisa, el omega se sorprendió.- ¿Winterfell?-

-El lord Stark solicita una vista por parte de una figura del consejo en sus tierras, para evaluar las condiciones de su gente.-Daemon sonrió.- Aemond se negó a ir, cree que es una perdida de tiempo, yo debo quedarme a su lado, así que te propuse a ti y todos aceptaron.-

El castaño asintió, siguieron caminado hasta regresar a la multitud, Lucerys se acomodo a lado de su esposo. Aemond no le había dirigió la plabra en ningún momento, en la mañana cuando desperto estaba solo sobre la cama, desnudo y sin rastro de el.

Realmente parecían dos desconocidos, el omega prefería ver los misterios de La Fortaleza Roja que estar en la mesa, quería regresar a Dragonstone y estar jugando con sus hermanos en el salón mientras estudiaban, pronto cuidaria de otros niños, suyos.

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