Han pasado varios días en los que no he sabido nada de Esther, acabo de llegar de Sudamérica con mi equipo, me siento bien a pesar de todo lo que ha ocurrido recientemente.
En todo el viaje no dejé de pensar en la iglesia y Esther, una noche dormía cuando la observé con un vestido azul celeste y su collar de perlas que lleva siempre, cantaba una canción que su letra todavía ronda en mi cabeza.
Elisabeth termina de arreglarme el cabello, que por cierto, estoy pensando seriamente en afeitarme porque lo llevo muy largo, necesito un cambio de apariencia urgente.
Me lo han ondulado y cae sobre mis orejas, voy dentro de un rato a una reunión de negocios con Freddie, que debido a la muerte de Mickey no había ido a renovar el contrato por diez años con la disquera que lleva el hermano de mi amigo fallecido.
Bajamos al estacionamiento y de ahí en adelante hasta el centro de la ciudad que son aproximadamente treinta minutos desde mi departamento.
—Señor, ¿es posible que pasemos por el centro comercial a recojer un pedido del señor Stiven?
Asiento no muy convencido porque esto solo retrasa nuestro camino, pero no pienso llegar sin ese disque pedido de Stiven, quien es el disquero.
Luke estaciona el auto frente al centro comercial y se baja apresurado porque sabe que no me ha convencido mucho esto de servir como delivery. Ahora cuando regresa con una caja le sigue una chica con otra pero su rostro permanece cubierto por las mismas, es cuando llega al auto que me sorprendo.
—Isaías, ¿por qué te bajas? —pregunta Brenda, pero no me da tiempo de responderle.
Salgo del auto y observo a Esther, que al mirarme parece sorprendida, me mira de arriba a bajo y con una sonrisa, me dice:
—Isaías... —ella es muy bonita de mejillas sonrojadas, con una mirada humilde e inocente—, Dios te bendiga.
No sé qué decir al respecto, respondo lo primero que sale de mis labios:
—Gracias... —ella asiente.
—No esperaba verte por aquí —dice todavía sorprendida.
Reacciono. Por un breve momento me he embelesado en sus ojos.
—Debo ir a la disquera por trabajo. Hey, ¿tú trabajas aquí? —todavía me sorprende.
—No te sorprenda, que las hijas de los pastores también trabajamos —bromea—. De hecho, acabamos de cerrar. Quise ayudar a Luke con las cajas, no esperaba que fuese para ti.
Miro a mi chófer con rostro confuso.
—¿La conoces?
Él con obviedad asiente.
—Ella es amiga de la escuela.
El mundo es un pañuelo.
—Las casualidades de la vida —comento con una media sonrisa.
Luke y Esther comparten una mirada. Viendo que me siento excluido, ella dice:
—No solemos creer en casualidades, sino en propósitos. Pero tienes razón, quizás es una coincidencia, digamos así.
Levanto una ceja.
—Si no creen en las casualidades, ¿a esto cómo le llaman?
Luke comenta:
—Porque no nos movemos sin que Dios antes nos haya direccionado. Y si justo en este momento hemos coincidido los tres, Dios sabe.
—No creo que Dios maneje nuestras vidas como títeres —respondo, pero en un tono menos hosco.
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HOSANNA
DuchoweIsaías Leigthon, es un cantante de origen español en Brooklyn que domina el primer puesto en los rankings, y el cual es reconocido como "La Voz de Oro". Sin embargo, el hombre más exitoso, la estrella del momento en América, exponente de una vida co...