el salvador parte seis

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Dentro de una sensación viviente, aquella bendecida llena de vida y con la misma garantía de la verdad que la viste y ve, la realeza de las calles asquerosas y la propia muerte en sus narices, la calle Brazil llena de sensaciones y sentires olvidados y con la memoria muy vivida de lo que solía ser; una plaza cualquiera con muchas personas cerca y en medio de un olvido formidablemente anterior, aquella circulada por corruptos sentimientos antiquios de maldición ante un pueblo que se doblega, postumo, lleno de algunas aves y canarios pasajeros de rumbo de rio de Janeiro a Maracaibo,
El día de la destrucción de Serial murders recubierta de una levisima lluvia yendo desde lo alto de toda la calzada hasta lo inferior de los edificios y casas, en el centro de la calle justo en la sombra de el edificio central caminaba Aissa con paso desecho, afaz, desvaneciendo sin un solo recuerdo de ella y otros tantos que pudieron hacerla pensar de nuevo Nathan quien desvanecía y desaparecía toda suerte que la ligaba a él en un caos insensible y una gran descendencia hacia la luz.
-Idiotas patéticos, maldecidos y muertos, retorcidos y malnacidos.-gritaba ella con lágrimas.-Todos aquellos que poseen la verdad y piensan lejanos a la realidad, los pobres torturados y las mujeres que mueren por ti, todos aquellos, que no son más que sombras de la grandeza, que siguen ciegamente a su dios, rodeados de mendigos, asquerosos y putrefactos en búsqueda de la verdad sin menos que lo que odian perforando sus mentes. Aquel que vendió al mundo... No, no necesitan a Nathan solo su mente, y él...-un dolor inefable se le atravesó- el será solo quien es..

Lejos, en el concierto siguiendo de cerca L'epicentro lluvioso y arremetidos, sintiendo la destrucción y con policías en camino; llegaron a creerse perdidos dentro de su pequeña ciudad y exanimes
con la lluvia arreciando diariamente los impúdicos ojos que rendidos ante la verdad recreaban las partes más pequeñas de su ciudad. Para verla bien solo había una pequeña chance, una de mil, en la que nadie mas iba a sentir de cerca el gran e imperdible realismo que sus ojos daban con chispa hacia la irreal y gran sentir hacia la tristeza profunda, que nadie mas conoce...
Las almas ahora maculas iban hacia un vacío absoluto y sin opción a revivir su mejor rostro para ella, quien no era más que lejana e imposible de ver, caminando bajo la lluvia y mojado, ve entre sombras a Julián quien aún tiene sentir en su profundidad.
-Julian, ¿estabas aquí?
-No idiota. Yo no estuve aquí.
Natan lo toma de la camiseta.
-¿Quieres hablar de algo?
Julián golpea sus manos y enardece.
-¿No solías ser aquel que se sacrificaba por mi?
-Yo nunca he matado por ti.
-¿por pensar?
-Martina se a ido con Mateo...
-¿Quieres tu espacio?
-Vamos por un cigarro.
-Natan, no, yo nunca más estaré de tu lado.
-Lo se, solo era una sugerencia.
Nathan camino pensando en lo poco que Julián se preocupaba realmente por Martina, como si fuese un juego para él, pero compareciendo a Aissa a quien su alma no podía dejar de pensar o desear con intensidad. Tal vez sintuendo dolor su caparazón de egocentrismo lo iba a expulsar de su apariencia romana de un-expresividad, una cruel y poco realista verdad interna era su poca paciencia, pero esta vez, no lo iban a atrapar con simples convencionalismos o el mismo sentimentalismo. Está ves se iban a olvidar de él.
-¿¡Julian estás bien!?
-No me hizo nada...

Death.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora