el salvador parte siete

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la mañana llena de gloria y nauseas; a los transeuntes y extraños de magnificos y antonimes fulgores pasajeros de la verdad oculta y revelada por gracia del caos, las personas apiladas en las calles como si fuesen gente sin hogar dieron finalmente a la ciudad la apariencia cosmopolita que su dueño ansiaba poser. La calle Humberto Casadas donde habian solo dos casas y tres edificios, de lleno con su propia vida en una pendiente y una avenida de cuatro carriles que seguia de largo y atraves de la ciudad, llena de verdes paisajes y pobres retasos de vida que no hacian sino engrandecer el corrupto ideal de unidad que los movia y animaba a continuar con la farsa de la sociedad que diariamente vivian como una misma forma de vida, asi mismo, como una forma de amor. Martina desperto en medio de ese caos y enfermdad que acechaba y moria pobremente miserable ante caritivos meditativos ojos publicos que cual madre enterraban a su retorcida cria.

Martina mareada por el canabis y sucumbida ante el, despreciose su imagen y con odio se fue. Mateo sin animo de trastornar su animo y el propio solo se limito a decirle algo.

-No te vayas.-su seriedad le dio temple, y dentro de su tentacion no podia pensar en nadie distinto a el, asi mismo, el resagado, Natan, era como una sombra que no veia el fin en nada excepto en su grandeza.-no salgas por la puerta y olvides lo que te he dicho.
-No eres un chiste.-Mateo sintio poco mas que un golpe en su corazon, como si no quisiese realmente dejarla para empezar su vida con ella.-Mateo...

la pasion que los consumia y llegaba hasta la estratosfera de las emociones no les dejo pensar dos veces o siquiera razonar sino en su lugar seguir adelante, adelante con su gran puesta en escena de emociones, malparidos, se oia gritar en la calle mientras sus ropas iban cayendo al piso, mientras la ciudad se consumia, mientras el sol destruia todo a su paso, mientras el agua desbordada, mientras los asesinos eran amados, mientras toda la humanidad observaba atónismos y signos de muerte inevitable, mientras todos rezaban por el mañana, mientras dios reia y el diablo lloraba, la vida se volvió una verdadera mentira.

Entro en un parque bendecido por su nimiedad, no había parte sana del lujo que lo resaltaba como una sombra mas de la cotidianidad, una proyección costosa para la costumbre y poco antes frecuentado por Raymond, quien siendo grande, fuerte y saludable dudo en plantar su semilla de anti-realismo en las narices de quien seguramente lo esperaba alli para acabar con las lineas sagradas de aquello que es mas grande que la carne. Aissa completamente vaciada de su sublimiedad o su gran y hermoso espíritu pudo destrozar el presente con suma violencia, en el, lo vio de lejos, resaltando su impetu y pobreza que le faltaba y repensando los rincones de si que no entendía.
-hola Aissa.
-¿Hola?
-te ves acabada.
-como monja en fiesta mayor. Aún de pie.
-no solo estás dentro de alguien distinto, sino que lo defiendes.
-zodiacalmente, no eres sino una parte exanimes de una misma persona, pero dentro tuyo no hay nada.
-dentro de mi, solo hay ira Aissa,¿ no ves en que te has convertido?
-¿Por qué estás aquí Ray?
-Es por Julián.-Aissa ríe y por dentro se ahoga en sentimientos que casi no salen a la luz.-no es broma...
-entonces.... Que buscas, ya que el es despojado.
-pide perdón.
-¿No quiero?
-no... Sebastián, vete de aquí.
-No quiero hablar con él, sé cómo se siente, se lo que piensa, siento su aliento y sus ojos, es alguien muy genial para mí.
-3l... Es mi mejor amigo,-se le sale una lágrima-el no es el mismo desde que lo dejaste, no se de que es capaz.
-solo de una cosa...

Death.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora