¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- ¡Bieeen! - Aplaudi contenta, festejando como Olivia y Tomás saltaban en un pelotero. Eran los unicos nenes ahi adentro, porque los otros ya eran un poco mas grandes y preferian jugar al metegol o esas cosas.
- Veni tia Zooo. - Me grito Olivia, emocionada.
- Sii, veni, veni. - Insistio Tomi tambien, contento.
Al principio la dude y preferi quedarme afuera, hasta que bueno, me terminaron convenciendo y me subi con ellos al inflafle. Empece a saltar despacio y lo unico que se escuchaba eran las risas y grititos de los nenes, mientras se tiraban de un lado a otro.
- El pelotero es para los nenes. - Escuché esa tonada cordobesa inconfundible, y cuando lo me lo encontré con una sonrisita burlona y un vaso en las manos, que deduzco que es fernet.
Yo solo le sonrei porque Tomi se me tiro encima, dejandonos acostados en el pelotero. Mientras que olivia le empezo a insistir a Julián para que suba él tambien.
- Dale tio Shuli, veni. - Le rogaba la nena, y el otro se hacia el dificil.
- Pero yo ya soy grande Oli.
- Que amargo sos Julián. - Me rei mirandolo y el me entrecerro los ojos.
- No soy ningun amargo.
- Subite entonces. - Lo reto Olivia, él negaba pero se empezo a sacar las zapatillas y dejo el vaso en el pasto.
- Mira lo que me estan obligando a hacer, por dios... - Murmuro mientras se subia al inflable.
Una vez ahi, empezamos a saltar los 4 alegremente.
- ¡Julian! - Grite cuando el muy bruto me revolio tirandome y enseguida me empece a reir a la par de él.
Quise hacer lo mismo, pero falle en el intento y termine chocando contra su cuerpo, por obvias razones ¿no?
- Sos re chota. - Dulce caballero.
- Y bueno, el deportista sos vos. - Lo mire riendome, desparramada en el pelotero. Y al segundo los nenes se me tiraron encima, pero lo que no esperaba era que Julián tambien se me iba a tirar el muy bruto. - ¡Julian! Dios...
Murmure adolorida escuchando su risa, y los dos nos quedamos tirados ahi adentro, mientras que los nenes saltaban en nuestro alrededor, haciendo que nuestros cuerpos suban y bajen. Yo miraba el cielo, las nubes, disfrutando un poco el momento y descansando de tanto saltar.
Cuando mire a Julián lo encontré observandome, no sé cuanto tiempo lo habra estado haciendo, lo único que sé es que senti millones de mariposas en la panza cuando nuestras miradas se conectaron. De nuevo senti como nuestro alrededor desaparecía y solo eramos nosotros dos, y también de nuevo me encontraba con el corazon en las manos, entregadisima a él.
