Capitulo 33

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No pude ocultar mi sorpresa ante tal noticia. Esto era algo fuera de lo común, no tenía ningún sentido lo que estaba pasando. Sabía que Daniel y Rico estaban intentando leerme el pensamiento porque no comprendían a que debía mi impresión. Pero ahora había tantas emociones encontradas que no me había puesto a penar que iba a suceder cuando nos viéramos cara a cara de nuevo con él. Mi móvil comenzó a sonar, era una pequeña salvación. Saque el pequeño aparato de mi bolsillo y en la pantalla pude observar el nombre de mi hermano.

.- Es Ramsés.- anuncie antes de tomar la llamada.- Bueno.- conteste al teléfono. Pero al parece él no estaba para saludos porque inmediatamente se dirigió al punto por el cual había llamado.

.- Gedeón esta aquí.- fue lo primero que salió de su boca.

.- Lo sé, Dany me lo acaba de decir.-

.- ¿Estas en el hospital?.- su voz sonaba algo preocupada

.- Si, Gamaliel me ha traído, ¿Grecia sigue contigo?

.- Ahora no, desapareció hace un par de minutos.

.- Que extraño.-

.- ¿El qué?.- me respondió mi hermano

.- Gamaliel también ha desaparecido.- hubo un pequeño silencio entre nosotros.

.- Algo no anda bien y no me gusta nada de esto. Voy para allá.

.- No, eso no es necesario regresa al hotel, te veré ahí.

.- ¿Estás segura?

.- Si, me quedare un rato más.

Por lo general nunca nos preocupamos del uno por el otro, sabemos perfectamente que podemos cuidarnos solos, pero esto era algo nuevo que solo Ramsés y yo teníamos que afrontar. Las miradas de mis compañeros estuvieron solo en mí hasta que finalice la llamada con mi hermano. Entonces el silencio de la habitación se rompió.

.-¿A qué hora llego Gedeón exactamente?.- me mataba la curiosidad por saberlo. Pero la voz que me respondió hizo que toda mi piel se erizara, y un cosquilleo recorrió toda mi columna vertebral.

.- Llegue exactamente a la hora que debí llegar. Me has decepcionado Anabel, Divirtiéndose cuando se supone que debían estar trabajando.- me gire para encontrarme cara a cara con el hombre que me había recibido en su casa y criado como su hija. Sus palabras ya no eran hirientes, si en el pasado él me hubiera dicho que le había decepcionado alguno de mis actos, me sentía como una completa basura, incapaz de realizar algo bien. Pero ahora, sus palabras no significaban nada para mí. Lo único que pude hacer en mi estado de shock fue decir su nombre en un susurro. Su rostro impasible, pero le conocía demasiado bien, estaba molesto aun cuando trataba de ocultarlo, pero aun así, él se las ingenió para mostrar una sonrisa impecable.- ¿No te da gusto de verme?.- para su pregunta, yo no tenía una respuesta, ya no estaba segura de nada en ese momento. Tuve que tragarme el nudo que tenía en la garganta antes de responder.

Ladrona de mi corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora