Una vista al mar

33 1 0
                                    


La niñez está llena de abundante información que te ayudará a forjar quién serás en el futuro, pero me tomaré un momento para recordar esta parte importante. No sabía cuán significativo serías tú en mi vida, Renzo. Quiero decir, no teníamos la misma sangre ni ningún rasgo similar con el cual pudiéramos congeniar, pero estuviste allí en mi niñez. Como si fueras un héroe, levantaste los escombros y me mostraste lo que un niño puede disfrutar.

A simple vista no lucías como un héroe sacado de las historietas; eras un hombre común, de baja estatura o ¿quizás yo era alto? Siempre tenías tu gorra puesta, una sonrisa y un chiste listo para contar. ¿Recuerdas cuando fuimos a jugar fútbol por primera vez? Fue en un parque donde ambos vivíamos desde hace mucho tiempo. Creo que nunca lo olvidaré. Desde pequeño veía cómo otros padres llevaban a sus hijos a jugar, y tú me diste la oportunidad de jugar con un balón. También me diste la oportunidad de pescar en el muelle, y a pesar de que no pescaba nada, solo sonreías y me animabas a seguir intentándolo.

Los recuerdos de sentarnos juntos a la hora del almuerzo, compartiendo la comida, y los días en que llegabas del trabajo con una bolsa de pan, preparando todo para que cualquiera que quisiera se uniera a nosotros, son inolvidables. Gracias a ti, tuve la oportunidad de disfrutar una infancia feliz, sin esperar nada a cambio y sin que mis errores importaran.

Ya no recuerdo el año exacto, pero un Año Nuevo lo pasamos juntos y al día siguiente fuimos a la playa junto con mi hermana. Tú estabas un poco pasado de copas, te sentaste un rato en la orilla y de repente te levantaste con una sonrisa y caminaste hacia el mar, pidiendo que te sacaran una foto. Esa imagen sigue viva en mi memoria: una sonrisa única con el sol poniéndose detrás. Pero esa no sería la lección más importante que me darías; faltaban unos años para eso.

Fue en este punto donde comprendí que "Ser padre no es solo quien engendra, sino quien cría". Recuerdo haber llamado a Renzo padre en alguna ocasión. Él me enseñó cómo quiero ser como persona, al menos en parte: ser atento, apoyar a las personas que me importan, ser trabajador y siempre encontrar un momento para quienes más quiero o amo.

CatarsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora