Catarsis

Soy nada

Hemos llegado hasta aquí. Lo que debes saber no es solo quién soy ahora, sino cómo llegué hasta aquí. Ha sido un camino difícil; cada dolor lo he sentido al máximo y he aprendido lo que significa ser humano. Todos experimentamos dolor en algún momento de nuestras vidas, ya sea en mayor o menor intensidad. Sin embargo, nunca permitamos que alguien menosprecie nuestro sufrimiento. En nuestro mundo, ese dolor es importante, pero recuerda que no se trata de competir sobre quién ha sufrido más o quién ha llegado más lejos. Se trata de superarse y encontrar la propia tranquilidad. El éxito es subjetivo; lo que para ti significa éxito, para otros puede ser irrelevante. No importa lo que piensen los demás de tu visión del mundo, siempre y cuando no lastimes a nadie para lograrlo. Si lastimas a alguien, muestra arrepentimiento y asume las consecuencias. Mi éxito es sentirme en paz y vivir una vida plena. No busco ser millonario, tener múltiples relaciones amorosas o una gran cantidad de amigos. Solo busco lo que me mantendrá tranquilo por el resto de mi vida, enfrentando cada desafío que se presente en el camino.

No soy nada, pero a la vez soy todo. Me esfuerzo por mantenerme libre de egocentrismo; no soy mejor ni peor que nadie, solo soy yo. Cierro los ojos y puedo ser cualquier cosa. Nadie me pertenece, y yo no le pertenezco a nadie. Todos vivimos experiencias distintas y, en función de eso, decidimos cómo actuar, consciente o inconscientemente. Mi verdadera lucha comenzó hace tiempo, y estoy enfrentándola de la mejor manera que sé, con todo lo que he aprendido. Aunque temo cómo reaccionará la vida ante mis acciones, tengo la valentía de asumir cada reacción. Sé que aún no ha llegado mi momento, pero cuando llegue, me pondré a prueba y seguiré adelante. Ya no le temo al fracaso; no tengo nada por lo que mirar atrás. He seguido el camino del perdón y me aferro a él. Puede haber días en los que dude, pero cuento con buenos amigos y familiares que me apoyan. No hay motivo para lastimar a nadie. La venganza y la búsqueda de aceptación a través del sufrimiento ajeno no nos llevarán a nada. Somos nosotros quienes damos valor a nuestras experiencias. He visto a personas superar su dolor, y se nota en sus ojos que han aprendido algo más profundo. Eso es lo que quiero alcanzar. He leído sobre religiones, Buda, Jesús y otros sabios. No sigo ninguna religión ni creencia específica, pero busco entender cada emoción y cada dolor, y así he formado mi camino. Mi objetivo es ser una mejor persona para mí mismo y para quienes quiero.

Hace un tiempo me diagnosticaron depresión, baja autoestima y ansiedad. Sin embargo, eso no me desanima; he enfrentado muchas dificultades y puedo decir que he salido adelante en cada una de ellas. No busco que sientas pena por mí, sino que reconozcas que estos problemas son comunes. No me considero especial; la vida continúa. Pero en mi mundo y en el de otros, valgo lo suficiente como para apreciarlo. Temo a la muerte porque desconozco lo que vendrá, pero prefiero vivir plenamente y aprovechar cada momento. Ya no le debo nada a nadie. He demostrado que puedo, y ahora es momento de descubrir quién soy realmente y compartirlo con quienes más valoro. No sé quién leerá esto, ya sean amigos, familiares o alguien externo, pero espero que haya podido entender un poco mejor la vida y que sepas que tú también tienes el poder de seguir adelante.

Te perdono. Hemos pasado por mucho, y quiero que sepas lo orgulloso que estoy de ti. He visto el esfuerzo que has hecho a lo largo de estos años. Reflexionamos y a veces nos culpamos por cosas que no podíamos controlar, pero no lamento de dónde vengo; sin eso, no sería quien soy hoy.

Sé que dejé mi trabajo por cuestiones de salud mental, y aunque podría haber demostrado más, era lo mejor para mí. También me despedí de amistades que no me hacían bien. He encontrado personas que realmente valoran quién soy, incluso mi pasado.

La situación en mi familia no ha mejorado del todo, pero tengo claro el tipo de familia que quiero formar cuando llegue el momento. Extraño a Renzo; te echo de menos de una manera sana. Sé que celebrarías mis logros y me hubiera encantado que estuvieras presente. Este cambio en mi mentalidad y en mi vida en general es para ti; ya te demostré que sí se puede.

No soy el mismo que era hace unos años. Aún tengo mucho por dar, y haré lo mejor que pueda. Este proyecto de escribir sobre mi historia es un homenaje a todos los que formaron parte de mi camino, aunque haya sido por poco tiempo. Gracias a ellos, sé lo que no voy a tolerar y el tipo de relaciones que quiero en mi vida.

Espero que cuando leas esto, la vida y tu esfuerzo te hayan recompensado por todas las noches de llanto, por los momentos de dolor y por los días inciertos. Espero que hayas encontrado amigos que valoren quién eres ahora y que conozcas a alguien especial que esté orgullosa de ti.

Deseo que tu madre vea que, aunque no tengas un triunfo que resuene en el mundo, su hijo ha salido adelante. Sobre todo, espero que te encuentres en paz y que seas feliz. Te lo digo con lágrimas y emoción: te lo mereces. Has sido un buen chico, y está bien cometer errores. Es normal sentir vergüenza y agachar la cabeza, pero no te rindas.

Sigue adelante, sigue sonriendo y sé quien quieras ser para los demás. Te encargo nuestro futuro; úsalo con sabiduría. Y cuando enfrentes una montaña, mira hacia el cielo, relájate, respira hondo y sonríe. Siempre vale la pena intentarlo una vez más.