En tu tristeza

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Conocí a una chica cuando tenía 16 años. Ella era una persona cuya expresión oscilaba entre la tristeza y la alegría, y su sonrisa me deslumbraba. Su sencillez cautivó profundamente mis sentimientos. A pesar de que nuestro amor parecía imposible, siempre creí que ella era alguien que valía la pena. A veces, pensé que era de esas personas difíciles de entender o descifrar. Con el tiempo, nuestros sentimientos se encontraron y vivimos un amor único y puro.

Al principio, parecía que tenías miedo de que estuviéramos juntos. A veces dudabas o me hacías dudar si realmente era bueno que estuviéramos juntos. A pesar de nuestra inexperiencia en el amor, enfrentamos esos desafíos y nos dijimos muchas cosas sin tener una comunicación clara. Con el tiempo, descubrimos que éramos muy similares, aunque desde perspectivas y experiencias diferentes. Sin embargo, compartíamos una idea clara sobre lo que buscábamos en la vida y en nuestra relación.

Sé que vivimos momentos inusuales, como aquella vez en la que encontré que le habías llamado "amor" a alguien en tono de broma, o aquella otra vez en la que me trataste como si fuera un premio u objeto en una fiesta con una expareja. Por mi parte, también te acusé en una ocasión de ser responsable de algo que no podías controlar. A pesar de todo, trataste de entenderme. Recuerdo cuando intenté expresar mi descontento con la forma en que tu familia te trataba y con los sueños que tenías. Nunca fue mi intención faltar al respeto a tu familia; simplemente me parecía injusto que tus sueños se vieran afectados por eso.

Otro recuerdo vago que tengo es de cuando estábamos conociéndonos. Yo me esforzaba por hacer las cosas y por ir a verte, aunque solo fuera por 5 o 10 minutos, para que vieras que realmente quería formar algo contigo. Sin embargo, tu comentario de aquella tarde, cuando dijiste "tú no haces nada para venir", me pareció injusto, ya que me levantaba temprano, ayudaba en lo que podía y conseguía un poco de dinero para ir a verte. Sé que te enteraste de que me besé con alguien del pasado. Al principio lo negué, pero la verdad es que sí ocurrió. No me enorgullece haberlo hecho; en ese momento, solo pensé que era lo que tenía que hacer. Creí que era la manera en la que podría entender que ya no sentía nada por esa otra persona, así que tomé una decisión tonta e inmadura: te mentí. Aunque en ese momento comprendí que era contigo con quien quería estar, me doy cuenta de que no era la forma adecuada de averiguarlo.

Sé que te molestaba que saliera con aquella persona, pero ella estaba pasando por un mal momento y yo no quería dejarla sola. Nunca busqué que tú me comprendieras completamente, solo que entendieras que nadie merece cargar con un dolor solo. Si en ese momento yo era la persona más cercana para ella, hice lo que pude para apoyarla, y una vez que ella logró construir su vida, me retiré. Sin embargo, creo que nunca entendiste esto. Para mí, ella fue alguien con quien compartí buenos momentos y me preocupaba por ella como lo haría con cualquier vínculo importante. Recuerdo aquella vez en la que viste que había buscado su perfil en Facebook y entraste a mi habitación con una actitud posesiva. En ese momento, no reconocí del todo a la persona que amaba. No intentaba ser perfecto para ti; simplemente quería que entendieras que yo era así, que no me gustaba dejar a nadie en su dolor. Sin embargo, me aislé de muchas cosas y decidí ocultarte cómo me sentía.

El tiempo pasó y nuestra relación parecía mejorar. Nos llevábamos bien y teníamos una química única. Sin embargo, con el tiempo, vinieron los problemas relacionados con Renzo, Dorothy y mi familia, que en ese entonces parecía ser la única fuente de dolor en mi vida. Todo se volvió un infierno. Viste de primera mano cómo me esforzaba por mantenerme optimista en cada situación y no mostrar debilidad. Aunque había días en los que no podía conmigo mismo, me animaba para seguirte el paso, ya que siempre te destacabas por estar alegre. Quería estar a la altura, pero la realidad era que muchas veces solo deseaba derrumbarme y que me abrazaras con toda la sinceridad de lo que teníamos. Quería sentir que realmente me apoyarías si llegaba a caer. Sin embargo, había momentos en los que sentía que mi tristeza te molestaba. Hubo acciones en las que intentaste evitar que sintiera tristeza, lo cual es comprensible, pero en ocasiones me preguntaba si realmente solo me querías cuando era feliz y no cuando estaba triste. Me preguntaba si era una molestia para ti y si alguna vez considerarías lo que realmente deseaba.

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