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Tom, Jake y Fiore corrían por los oscuros pasillos de la fábrica, el sonido de sus pasos resonando en el silencio tenso. A medida que se acercaban a la salida, el rugido de motores y el ruido de las puertas metálicas golpeaban sus oídos, indicándoles que los guardias estaban cerca.  La tensión en el aire era palpable, un recordatorio constante del peligro que enfrentaban. El sonido constante de la maquinaria y el ocasional estruendo de una pelea resonaban a través de los pasillos, mezclándose en una cacofonía ensordecedora.

Tom, con su agilidad y precisión, lideraba el grupo con determinación. Su experiencia como "ex-espía" le daba una ventaja en el combate cuerpo a cuerpo. A cada paso, se enfrentaba a los guardias que llegaban por ellos, lo hacia con movimientos rápidos y calculados, sus puños impactando con precisión. Cada golpe estaba diseñado para incapacitar sin causar heridas mortales, una mezcla de habilidad y furia contenida.

Jake, a pesar de su evidente agotamiento y su herida en la pierna (Regalo por parte de un guardia), intentaba mantenerse en la lucha. Sin embargo, sus esfuerzos eran torpes y poco efectivos en comparación con la destreza de Tom. Sus movimientos eran más defensivos, tratando de mantenerse fuera del camino de los guardias mientras ayudaba a cubrir a Tom cuando era necesario.

Fiore, a pesar de su pequeño tamaño, se movía con una agilidad sorprendente. Evitaba los enfrentamientos directos en la medida de lo posible, pero a veces no podía evitar ser arrastrada a las peleas. Su estrategia era más evasiva, buscando oportunidades para ayudar cuando podía.

— ¡Estamos casi allí! —exclamó Tom librándose del resto de guaridas. Habían perdido la conexión con Aiden, pero recordaba un poco del camino. —¡Solo un poco más y salimos!

Jake, a su lado, intentaba mantenerse alerta, pero el cansancio lo hacía vacilar. —¿Cómo vamos a salir de aquí? No veo ninguna salida clara.

De repente, se encontraron en un callejón sin salida dentro de la fábrica. Las paredes metálicas altas bloqueaban cualquier escape aparente, y el sonido de los pasos de los guardias acercándose se hacía cada vez más fuerte. Tom empujó a Jake y Fiore hacia un rincón, mientras él mismo se preparaba para enfrentar a los guardias que se acercaban.

—¡Estamos atrapados! —dijo Jake, su voz cargada de desesperación—. Necesitamos una forma de salir de aquí.

—Tenemos que llamar a Aiden —respondió Fiore, sacando el teléfono de su hermano de su bolsillo con manos temblorosas—. Necesitamos instrucciones.

La llamada a Aiden se conectó después de varios intentos fallidos, debido a la interferencia. La voz de Aiden, llena de preocupación, se escuchó al otro lado. Mientras, Tom se encargaba de los guardias.

—Perdí la señal con todos, ¿Qué pasa? ¿Dónde están?

—Estamos en un callejón sin salida —explicó Fiore—. ¿Cómo podemos salir de aquí?

—¿Sabes en el zona?

—Casi oeste, creo.— Se escucharon unos sonidos de teclado en la llamada, y después de eso la voz de Aiden volvió a sonar.

—Escuchen, están cerca de una salida de emergencia —indicó Aiden—. Pero para llegar allí, tendrán que retroceder y tomar un desvío a la derecha. La salida está al final de un pasillo largo. Apúrense, los guardias están en camino.

Con la dirección de Aiden, Tom, Jake y Fiore continuaron avanzando por el pasillo. Tom lideraba con determinación, enfrentando a los guardias con una intensidad que reflejaba su desesperación. Sus movimientos eran rápidos y precisos, cada golpe enviado con una mezcla de furia y habilidad.

Estrellas | Campamento desventura AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora