❝Jennie había vestido 26 vestidos diferentes, cada uno más extravagante que el anterior. Sin embargo, detrás de cada sonrisa y cada brindis, se escondía una melancolía que solo Lisa Manobal, podía percibir. Decidida a cambiar eso, Lisa desafió a Jen...
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Al terminar de leer aquel artículo subió su mirada encontrándose a Lisa quien estaba a un metro de ella con una mirada de disculpa, "lástima" diría Jennie.
Lástima, lástima porque sus pensamientos sobre Jennie fueron publicados...
— Ordené que mandaran a eliminar el artículo. — Lisa se acerca cautelosamente a Jennie.
— Debí de suponerlo, eres una más de ellos y solo querías una noticia relevante para tu tonta revista. — Reprocha.
— Jennie, créeme que no fue así... en un inicio quería relatar tu historia para que todas aquellas damas se sintieran identificadas con el tiempo decidí... — Jennie la interrumpe.
— No quiero tus explicaciones.
— Cambié de opinión, todo lo que puse ahí ya no es nada de lo que pienso, la publicación la había dejado programada para este día. — Intenta explicar mientras Jennie camina hacia la salida.
— Tuviste todos los días para retractarte de tu estúpida noticia y parece que no lo pensaste. — Afirma.
— No es así... en serio.
— Miles de farándulas sobre artistas, y la mía... la historia que creaste sobre mi, ¿es la única relevante? — los ojos de Jennie se notaban alterados y cristalizados. — Dime tú, Lalisa... ¿en serio me ves urgida? ¿urgida de amor y de atención? tanto como para desear al novio de mi hermana... — Expresa.
— Jennie, no podemos negar que tú y Taehyung tienen química, pero créeme que lo que menos te veo es como una persona carente de amor. — admite — Lo eliminé y toda aquella persona que lo vuelva a resubir tendrá problemas legales, lo juro, no me importa los regaños de mi padre...
— Es raro que después de tanto tiempo en la industria no la conozcas, aún así la elimines, ellos la tendrán y aún así la elimines de la faz de la tierra... nunca podrás eliminarla de la mente de cada persona. — Suspiró. Lisa estaba consternada por las palabras de la contraria, después de cada palabra lágrimas caían.
— Perdóname, Jennie. — Sus ojos también se estaban cristalizando. — Nunca fue bueno desde un inicio...
— Dime gracias, porque gracias a mi carencia de amor he revivido la revista de tu padre.
Jennie no dejó seguir a Lalisa, se volteó abriendo la puerta de su carro y sin decir nada, encendió su rumbo... hacia donde sus pies la llevaran.
Lisa solo siguió el auto con su mirada nublada, sus manos temblaban y sus pensamientos eran tensos, denigrantes, negativos...
¿Cómo se atrevió a ver toda esta situación como un negocio si desde un inicio Jennie Kim llamó su atención?
