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— ¡Yo no tengo nada que explicar, Christopher! — Grité.

Bueno, volviendo atrás, estaba llegando a la escuela, y nuevamente, me encontré a Christopher besandose a Sasha, está vez no quise quedarme callada sin reclamar.

Ahora, ambos discutíamos en un salón vacío, mientras que Sasha se reía detrás de Christopher, estaba comenzando a cansarme y tenía ganas de romperle la cara a esa idiota.

— Jodete Abigail, ¿Por qué carajo pasas mas tiempo con Tom que conmigo?

— ¿Me estás jodiendo?, ¡Te hablo y te alejas, idiota!, Tu pasas mas tiempo con ella que conmigo, ¡Y no te digo nada! — Le grite, desesperada y frustrada.

— ¡Eso es muy diferente!

— ¡No es nada diferente! — Me quedé en silencio, sabía que si continuaba con esta discusión, rompería en llanto, pero no podía permitir que el me culpara a mi.

— Olvídalo ya, Abigail, lo nuestro se acabó, no me busques mas.

— Pues no pienso buscarte. — Finalmente, ellos dos salieron del salón, y finalmente, me desplomé en lágrimas.

Cada lágrima caía por mi mejilla, sentía como se humedecían con cada gota de lágrima.

Tal vez y estaba pagando esto por lo de la fiesta, o tal vez y se acabó nuestro amor.

O tal vez...

Decidí dejar de pensar en eso y tranquilizarme un poco, estaba bastante cansada para pensar en eso, pero pensar que el había desechado una relación de 3 años por una estúpida chica me hace querer morirme.

Me senté en el suelo, mis lágrimas no pagaban de salir y de salir, después d eunis minutos, la puerta se abrió, dejando ver a Tom, algo preocupado.

— Abby, ¿Dónde te habías meti...-? — Se detuvo cuando me vio con mi maquillaje corrido, mis mejillas mojadas y mis ojos rojos. — Nena...

Cuando lo ví, y el a mi, el se agachó para abrazarme fuertemente, no me soltaba, acomodaba mi cabello algo desordenado, mi rostro fue a su hombro y continúe llorando.

Sentía como un peso encima disminuía, quería desahogarme, pero no con el, aún que era el único que estaba conmigo en este momento.

El continuó acariciando mi cabello, no hablaba, no decía nada, solo dejaba que mis lágrimas mojaran su sudadera gris.

Después de muchos minutos, mi llanto disminuyó, su sudadera había quedado toda mojada por las lágrimas, pero el no se quejo y no me dijo nada.

— ¿Qué sucedió? — Me preguntó, apartó mi rostro de su hombro y me miró con preocupación, debía admitir que se veía tan lindo preocupado.

Tarde en responder, dudaba si contarle o no, pero el esperó hasta que yo respondiera, tomo la manga de su sudadera para limpiar mi maquillaje corrido por las lágrimas y lo limpio, con calma y demasiada suavidad.

— Yo... Yo terminé con Christopher, no me duele eso, o sea... Si, en parte pero... — Me estuve un momento para tomar aire y no volver a llorar. — ...Odio que me haya cambiado por mi amiga, y ahora el cree que yo soy la mala, el fue quien me engañó.

— Bueno, en parte, lo engañaste tu primero. — Rió suavemente mientras pasaba un mechón de mi cabello detrás de mi oreja, con suavidad.

— No ayudas, Tom.

— Ya, ya, perdón, quería hacerte reír, pero no funcionó, continúa. — Me sonrío, el se sentó en el suelo a mi lado, su mano agarro mi muñeca y la puso en su pierna, después su mano agarro la mía y la acarició, jugando con la palma de mi mano.

Me tomé el tiempo suficiente para explicarle todo, el escuchaba con atención, como si realmente estuviera interesado en como me sentía y en como pensaba en esos momentos, al final de todo, el no era un mal chico, tal vez y solo tuvimos una mala experiencia cuado nos conocimos.

Después de explicarle todo, sentí un alivio inexplicable, finalmente, después de mucho tiempo, me había desecho de todo lo que tenía guardado por bastante tiempo, lloré un par de veces contándole, pero el estuvo ahí para mí, limpiando cada lágrima y besando mi frente con cariño.

— Está bien, era un imbécil... No te merecía. — Dijo, su mano aún jugaba con la mía, en ocasiones, el intentaba entrelazar sus dedos, pero le daba pena.

— Aún así... Me encariñé demasiado. — Mi rostro se veía triste.

— Yo te ayudaré a superarlo, ¿Si?, al final de todo, somos amigos, mejores amigos, Abichuela. — rió suavemente mientras acariciaba mi cabello.

— ¿Abichuela? — Dije con un tono juguetón.

— Si, eres mi Abichuela, ahora, salgamos de este salón, no tardarán en venir algunos maestros, ¿O quieres verte con el maquillaje corrido y tus ojitos rojos frente a toda una clase?

— No...

El río suavemente ante mi respuesta y tomo mi mano, guiandome fuera del salón, los alumnos pasaban por los pasillos, pero Tom aún seguía sosteniendo mi mano, caminamos hasta su casillero, lo abrió y sacó un par de toallitas húmedas.

Saco un par de ellas y agarro mi mandíbula, no con fuerza, pero si con firmeza para no moverme. El comenzó a limpiar cuidadosamente, para nada lo hacía con cuidado, pero lo intentaba.

Limpiaba mi delineador y mi sombra de ojos, mi máscara de pestañas igual se deshizo toda, y el quitó el excedente.

Finalmente, despintó mis labios, sus ojos se quedaron en ellos por unos momentos, pero beso mi frente y volvió a guardar la toallitas, tirando las que ya se habían ensuciado en el cesto de basura.

— Listo, ahora te ves mas linda.

Sonreí, aunque mi atención se fue hacia una chica pelinegra que caminaba hacia Tom, venía con toda la actitud, era muy hermosa a decir verdad, se detuvo cuando estuvo cerca de el y besó su mejilla.

— Tom, ¿Ya estás listo o espero más tiempo? — Decía ella mientras le sonreía coquetamente, me miró, y sonrió igualmente, saludandome. — Hola, eres muy linda.

— Ehm, gracias, igual tu. — dije con una sonrisa, algo incomoda.

— Si muñeca, perdón por la demora, estaba haciendo unas cosas. — le decía Tom a la chava mientras la besaba.

— Está bien.

— Abichuela, te veré más tarde, ¿Bien?, llámame si ese idiota te molesta.

Sonreí despidiendome, el puso su mano en la cintura de ella, rodeandola, ambos caminaron por los pasillos, los perdí después de unos pasos que ellos dieron, alejándose demasiado.

Suponía que era una de las cuántas novias de Tom, así que no le di importancia, finalmente, tocaron el timbre para cambio de clase, tome mi mochila que estaba guardada en mi casillero y camine hasta mi proxima clase, aun que Cindy me acompañó.

Cindy se había comportado bastante linda conmigo, era mi nueva amiga, y creo que ella si valía la pena.

Cuando estábamos en clase, le conté todo lo sucedido con Christopher y Sasha.

— Uy, hasta acá se ve lo resbaladiza que es, es una perra.

Reí ante su comentario y le dí un suave golpecito en la cabeza.

— No está bien hablar así de la gente, aunque si lo es.

— Fan de tu relación. — Cindy se rió a carcajadas mientras ambas continuamos bromeando de eso el resto de la clase, aún que en parte, si me dolía.

❝𝐄𝐟í𝐦𝐞𝐫𝐨❞ ☯ ┆ Tom K.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora