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— ¡AHHH! — Gritaba Bill en mi oído, bastante miedoso.

— ¡CÁLLATEEEE... AHHHHH! — Volví a gritar, ante la bajada.

Después de un par de minutos, finalmente acabo nuestro sufrimiento, bajamos de la montaña rusa, todo el cabello de Bill estaba hacia arriba, y el mío igual.

Tom comía un algodón de dulce mientras se reía de nosotros, después bajó mi hermano y Cindy.

— No tienes derecho a reírte, fuiste un miedoso y no te subiste. — Gruñó Bill mientras le robaba su algodón de azúcar.

— ¡Hey! — gritó molesto mientras lo perseguía para quitarle su algodón.

— ¿Se la pasaron bien? — Preguntó Mildred mientras se comía un helado, bastante feliz mientras se acercaba a mi hermano y besaba su mejilla.

— Ah, claro, súper, para nada estuvimos gritando de miedo. — decía irónicamente Cindy mientras me entregaba mi teléfono. — Casi sale volando, pero no sucedió.

— Bueno ya, ¿Ahora a dónde vamos? — Decía Tom mientras lograba quitarle el algodón de azúcar a Bill y se escondía detrás de mi.

— Uhm... No sé, ¿A los carritos chocones?

La cara de Tom y Bill se iluminaron ante mi sugerencia, corrieron rápidamente hasta los carritos chocones, los dos en uno diferente.

— Abichuela, sube. — Decía Tom mientras daba unas palmasitas a su asiento al lado.

— No le hagas caso, cariño, sube aquí. — Decía Bill mientras hacía el mismo gesto que el.

Me reí ante su competencia y me senté junto a Bill, Tom me miró indignado.

— A va, pensé que éramos amigos. — Decía Tom mientras me enseñaba la lengua.

.

.

.

Después de muchas horas, finalmente estábamos todos en la camioneta, dormidos, menos Tom y yo, quien manejaba y yo de copiloto.

Miraba mi teléfono mientras jugaba pou en mi teléfono, algo aburrida.

Tom iba manejando lentamente de regreso a la casa.

— Oye, dijo Nico que si se querían quedar en mi casa. — Dijo Tom mientras me miraba, y estornudaba.

— Ah, claro, ¿Nosotros dos o Mildred igual? — Podía notar como el rostro de Tom se ponía algo rojo, tenía mucho moco.

— Solo ustedes dos.

Asentí mientras continuaba jugando en mi teléfono.

— ¿Puedo poner mi mano en tu pierna? — Preguntó, asentí mientras el me miraba y ponía su mano en mi muslo, acariciándolo.

Continúe jugando el resto del camino hasta que llegamos a la casa de Tom.

El detuvo la camioneta y la estacionó en su garage, mientras que bajaba de su camioneta y me ayudaba a salir, hacía bastante frío afuera.

Tom despertó a Bill y a mi hermano, ambos se bajaron del carro y se subieron corriendo a la habitación de Bill para dormir.

— ¿Tienes sueño? — Pregunto Tom mientras le ponía seguro a la camioneta y caminábamos dentro de la casa.

— No mucho.

— ¿Quieres cocinar algo? — decía mientras me sonreía y caminábamos a la cocina.

— Claro.

— ¿Y que quieres cocinar?

— Mhm... ¿Crepas?

❝𝐄𝐟í𝐦𝐞𝐫𝐨❞ ☯ ┆ Tom K.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora